jueves, 16 de julio de 2009

La Xibeca DAMM

En realidad, no tenía en lo más mínimo pensado dedicar una entrada a la cerveza, pero... estoy trabajando en otra que si todo va bien, postearé el próximo día 21 de este mes con motivo de la celebración de una efeméride muy importante. Adivinan cuál? El caso es que rebuscando entre la gran cantidad de material que tengo sobre el tema me he encontrado con la foto que muestro en la entrada y que me ha traído innumerables recuerdos de finales de los 60, principios de los 70.

Recuerdan los remedios caseros?

Mi yaya Lola era una experta en curarme todos los males con agua del Carmen, que al igual que los monjes de la comunidad religiosa de las Carmelitas descalzas, elaboraba ella con una receta artesanal que más o menos contenía los siguientes ingredientes:

- 1 litro de alcohol de 80 grados.
- ½ litro de agua.
- 20 cucharadas de hojas y flores de melisa trituradas.
- 40 gramos de corteza de limón.
- 10 gramos de canela.
- 10 clavos de olor.

Al parecer esa receta era la que los citados monjes llevaban elaborando desde el año 1611, pero lo importante es mantener, como dato, el primero de los ingredientes: 1 litro de alcohol de 80 grados.

También he recordado, entre otras cosas, alguna que otra merienda en la que mi bisabuela Rosario me preparaba rebanadas de pan con vino tinto y azúcar.

Curiosamente, quizá desde la última vez que mi bisabuela Rosario me preparó la última merienda, o desde la última vez que mi yaya Lola me dio agua del Carmen... apenas he vuelto a probar el alcohol en ninguna de sus múltiples variantes.

Detesto el vino; mi paladar sería incapaz de distinguir entre un tetrabrik de Don Simón y el mejor de los caldos elaborado con las más selectas uvas.

Odio las bebidas hechas a base de combinados. Cuando de joven fui a alguna discoteca (sin duda por error), lejos de pedirme un cubata o un Gintonic, acostumbraba a pedir un zumo o una Coca-Cola. Recuerdo incluso, que en una ocasión pedí un yogur... Bueno. Qué hay de malo?... me apetecía. Además... jamás he entendido esa estúpida manía de hacer polvo una buena Coca-Cola mezclándola con una mierda de ginebra o de ron... no sé.

Con el Champán o el Cava, pongo una caras de asco que tiran de espaldas, y con el wisky experimento la misma sensación que si le doy un lametón a una puerta recién barnizada.

En definitiva; que pese a que en mi infancia se me dieron rebanadas de pan con vino tinto y aguas del Carmen, está claro que no estaba llamado a darme a la bebida, ni mucho menos.

Eso no significa que no me haya cogido algún que otro pedo del quince. He sido joven y he disfrutado de esa etapa como el que más, así que cuando había que pillarla no me andaba con tonterías y la pillaba como el que más, sólo que yo agarraba mis borracheras con un estricto sentido práctico, y debido a que nada que contuviese alcohol me gustaba, tiraba por el camino más corto entre los dos puntos: punto A – estar sereno, punto B – terminar al borde del coma etílico, y esa distancia más corta siempre ha sido la línea recta, de modo que yo me apalancaba con mi botella de tequila blanco y entonando un "Viva México" a voz en grito, me agarraba mi melopea cuando se terciaba la ocasión. El tequila tiene la ventaja de que debes beberlo de un golpe, así que eso me evitaba sentir el desagradable sabor del alcohol ya que el líquido pasaba directamente del interior del vaso al interior de mi estómago sin hacer parada en el paladar.

Reencontrarme con la foto que muestro en la entrada me ha ayudado a reconciliarme con mi bisabuela Rosario y con mi yaya Lola, ya que me ha hecho recordar que en los 60 y 70, darle pequeñas dosis de alcohol a un niño era algo de lo más normal. Creen lo contrario?... miren la foto; la familia reunida en torno a la mesa y todos con unos tremendos vasos llenos de cerveza. Si la escena representa el mediodía, esos críos iban a la escuela con una mierda apoteósica, y si era por la noche a la hora de cenar, sin duda caían en la cama como angelitos, pero no sólo en brazos de Morfeo... en esa cama se encontraban Morfeo, los niños, Baco, vaya... toda una orgía!

A buenas horas en el año 2009, una marca de bebidas alcohólicas se atreve a hacer una publicidad con el eslogan: “Disfrute Ud. y sus hijos con la bebida tal” y que tal bebida contenga alcohol. Buenooooo... las asociaciones en defensa del menor saltarían sobre las yugulares de los publicistas y les harían trizas.

Los setenta... eran otra historia!

Para terminar de documentar el dato anecdótico aprovecho para dejarles la siguiente información: Desde su aparición en 1968 la cerveza Xibeca fue, y sigue siendo todo un clásico para los bebedores cerveceros. Su estilo es el Pilsen caracterizado por un suave sabor y un carácter refrescante con un 4’6% de volumen de alcohol, y para su óptima consumición a una temperatura de entre los 5 y 7 grados. Ya me dirán que tal... yo me pido un zumo.


11 comentarios:

NÚRIA dijo...

A mí me gusta mucho la cerveza Sergi pero prefiero la Mahou 5***** aunque así para compartir con mi marido k muchas veces nos cenamos unas torradas o unas pizzas pues abrimos una Xibeca, fíjate que podría comprar la litrona de Mahou k tb la tienen en el Día de al lado de casa, pero de toda la vida se ha comprado Xibeca, es cómo un clásico...A la Mahou me aficioné en el pueblo de Badajoz dónde veraneaba...Yo tampoco fuí de cubatas: no me gusta ni el whisky ni el ron...pero me ha hecho gracia lo de tekila, por que calentando motores mis amigas y yo íbamos a un bareto de iaios y tomábamos Sangría y acabábamos con golpes de tekila, chupando la sal y el limón...luego tb me gustaba mucho la Coronita con tekila...Ah! El cava no me va, nunca me ha gustado, en Sant Joan, brindo con Mahou...Bon dia!!!

María dijo...

La verdad es que choca ver ahora una imagen como esa.

Aunque era así. A lo mejor estaba el padre tomando una cerveza y tú llegabas y le dabas un trago y no pasaba nada... Curioso.

Un saludo

peibol dijo...

¡No sabes lo identificado que me he sentido!

Yo también tengo un paladar que rechaza todo el alcohol sin concesiones; lo único que puedo llegar a tolerar es lo que no sabe a alcohol porque está mezclado con refresco, pero como dices tú, ¿para qué meterse alcohol en el cuerpo si lo que realmente te apetece es una Coca Cola?
Siempre me ha llamado la atención la necesidad global de emborracharse aún siendo esto un suplicio para algunos, para cumplir con la norma establecida :s. No lo entiendo... y por eso soy un bicho raro XD

Sigue pidiéndote zumitos que yo te acompaño ;)

PD. Lo de los setenta es alucinante; cuando pienso que antes se fumaba hasta en los cines y hospitales...

JuanRa Diablo dijo...

No me había percatado de que en la foto hasta los niños tienen su vaso de cerveza delante!
Como tú dices, inconcebible hoy ne día.
Yo también, cómo no, probé esas rebanadas de pan, vino y azúcar que templaban como nada.

Cuando estuve en México nos enseñaron a beber tequila y a gritar después VIVA MÉXICO CABRONES!!! Es su grito de guerra Jajajaja

Anónimo dijo...

Dejen paso a una abstemia, que disfruta de una botella de agua sin gas y una lata de Fanta naranja. Dejé la coca cola hace tiempo porque decían que descalcificaba los huesos, no sé no sé. El olor a vino me da náuseas, el único alcohol que he probado ha sido la sidra en Navidad. Demasiadas rarezas concentradas en una sola persona.
Yo no disfruté de abuela como tantos niños, las tenía pero un poco a distancia, no sé lo que es convivir con ellas, ni que te den friegas ni consejos. Me hubiera gustado. Pero sí que recuerdo los viejos remedios. Cuando me cogía un "empacho", me llevaban a la curandera para que, con unos rezados y masajes en la tripa, me aliviara de todos los males. Yo creo que me autocuraba a la fuera para evitar que me llevaran de nuevo a aquella casa oscura y de raros olores.
El anuncio me ha dejado con la boca así: O. Besitos Loli

María José dijo...

pues fíjate, a mi mi madre me hacía unos " candíés" mexcla de una yema de huevo con un buen chorro de vino dulce, eso estaba de muerte niño!!!!!!!! te lo juro, te entraban unos vaporessss!!!!!!que rico!!! ahora con los dolores de estómago que me dan las bebidas alcoholicas sobre todo el vino dulce no me lo puedo permitir...... que si no....... vamos que se iban a escapar los candies

saludos

abril en paris dijo...

Lo de la rebanada de vino y azúcar
es Patrimonio Nacional !! y tantas
cosas que se veian normales no hace tanto..¡ de aquellos polvos vienen estos lodos ! o ¿ es al revés ?
En fin, que certificamos lo que
cuentas.
Ya ves, a pesar de todo eso
somos
unos cuantos los que tenemos nula tolerancia al alcohol, o a su sabor...
¿ alcohólicos anónimos o borrachos conocidos ?.. XP

El rincòn de mi niñez dijo...

KIosquero es cierto que en los 70 era normal dar de beber a los niños alcohol.
En mi caso recuerdo como si fuera ayer,con tan solo 9 añitos en un asado mis abuelos me daban de tomar el peor vino en cartón,con mucha soda!guacalafuuu....Y ni hablar cuando me pegaba una gripe,calentaba en una cacerola vino con miel y me lo hcaían beber...Después de esto te curabas por que te olvidabas del resfrío.
Lindo post.También el chicle niña...

Me mató la anecdota del yogurt en una disco!!!genial.

Rebote dijo...

Creo que la imagen ya nos revela cual sera la sorpresa, no? yo soy mas de Pepsi, pero menos mal que mi padre y hermanos si disfrutaban de Xibeca y claro para mi los regalos.

La chica dijo...

Toda una lección de antropología setentera!! Que nunca te falte una cerveza bien fría en la nevera.

peibol dijo...

Por cierto, ya le pregunté a JuanRa, pero tengo que tirar de todos mis recursos: Mi tía me ha preguntado por uan serie de dibujso que veía de pequeña, cuyo título no consigue recordar. A ver me puedes ayudar ;)...

Se trata de una serie de dibujos protagonizada por un perro y un lobo, que trabajaban en un corral de ovejas. Ambos fichaban cada mañana al entrar, y mientras el trabajo de uno era robar a las vojas, el del otro era impedir que lo hiciera. Así todos los días y tratándose con todo el cinismo y cordialidad pertinentes. ¿Te viene algo en mente?

Un saludo ;)