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martes, 3 de noviembre de 2009

BIMBOVISION y el jodido... 140

No podía sustituir a las interminables programaciones de cine de reestreno con su doble sesión ni a las series de la tele, pero el Bimbovisión era como poder llevar la magia del “cine” en la cartera del cole y nos permitía la posibilidad de cambiar cromos con el resto de los compañeros de clase. No había nadie que no los coleccionase y que no alucinase con el sencillo invento que estaba formado por un visor y una extensa colección de cromos en forma de diapositivas que versaban en torno a diferentes temas: animales salvajes, flores, monumentos, razas caninas, razas y tipos humanos, interpretes famosos, aviones y coches antiguos.

160 filminas, diapositivas o simplemente cromos que aparecían en los pastelitos de la casa Bimbo, los deliciosos Bony, Bucanero y Tigretón que nos pusieron el colesterol y los triglicéridos por las nubes a toda una generación a la que ahora, quieren obligarnos a hacer deporte y a consumir Danacol para bajar nuestros niveles de grasas saturadas en sangre. Con lo que nos costó taponar nuestras arterias! Con lo difícil que fue hincharnos de pastelitos hasta completar la colección! Ahora parece que si no estás bajo mínimos con eso del colesterol no eres nadie, pero... Quién en su sano juicio se negaba a sucumbir ante el placer de devorar uno de esos pastelitos? Quién hubiese completado su colección de diapositivas si hubiese estado obsesionado con la paparrucha esa de estar sano?


La cantinela en el patio o a la salida del cole era siempre la misma: “tengui, tengui, tengui, tengui, tengui... FALTIII!!” y así, intercambiando con los compañeros nuestras diapositivas repes éramos capaces de terminar la colección y conseguir el cromo número 22 de la carpobrotus acinaciformis, una planta rastrera perenne con flores de 8 a 10 centímetros que vive en las arenas y rocas del litoral y originaria de América del Sur. Todos sabíamos que ésa diapo era la número 22, pero ninguno la conocíamos por su nombre... “carpobrotus acinaciformis”... joder! O el número 101, el cromo de José María Iñigo presentador por aquellos tiempos del programa de televisión “Directísimo” y que un sábado por la noche nos trajo a aquel tipo llamado Uri Geller, capaz de doblar cucharas con el simple roce de las yemas de sus dedos, o de arreglarnos -vía ondas cósmicas- todos los relojes de casa. El 56 con las murallas de Ávila, el 60 el de la torre Eiffel, el 97 con los indios Urus, etc, etc...

Poner una diapositiva en la ranura del visor, enfocarlo hacia una luz y mirar a través del objetivo era toda una experiencia. Marcar en la agenda Bimbovisión los cromos que ya teníamos e ir descubriendo que cada vez quedaban menos para tener la colección completa, era una emoción tan indescriptible como la que nos produjo el momento de acercarnos a nuestro colmado con 10 pesetas en la mano y los envoltorios de 3 pastelitos que canjeamos por nuestro fantástico visor, y a ser posible el rojo que era el que figuraba en la caja. Algunos lo tenían en verde o en azul, pero molaban menos; los rojos... los que teníamos el visor rojo éramos los putos amos.

159 de 160... A día de hoy, en mi agenda Bimbovisión sigue faltando por marcar la diapositiva perteneciente al jodido número 140, un maldito avión Lockheed F-80 que jamás llegué a conseguir por más y más sesiones de “tengui, tengui, falti, tengui” que me marqué dentro y fuera de clase con los compañeros, en las calles del barrio con vecinos, en casa de mis tíos con mis primos, pero nada... todo fue inútil, el 140 se me resistió entonces y se me sigue resistiendo ahora, no hay forma humana de encontrarlo. El Vallcanera lo tenía y alguna vez me lo pasaba por delante de las narices, me lo mostraba y en tono guasón me canturreba: “Tengo el 140, ale, ale, ale, y tú nooo”. El Vallcanera era uno de mis mejores amigos, pero durante una buena temporada se estuvo jugando una brecha en la ceja por hacer el chorra de esa manera. Hay cosas... con las que no se juega.

Si alguien tiene el Lockheed F-80 de las narices y no le importa desprenderse de él que me lo haga saber. Se acerca Navidad y no estaría mal volver a creer un poco en la magia de los Reyes Magos.

Se lo voy a tener que pedir a Uri Geller?



Créditos de las imágenes: 1).- Publicidad de BIMBOVISION de una revista infantil de la época. 2 y 3).- Cromos y colección "casi" completa de BIMBOVISION. Colección particuar.