sábado, 28 de febrero de 2009

La llegada del hombre a la Luna


En la madrugada del 21 de julio de 1969, el hombre por primera vez en la historia pisó la luna. Los astronautas norteamericanos: Neil Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr, y el piloto del LEM Michael Collins, a bordo del Apolo XI alunizaron, e hicieron alucinar a más de quinientos millones de telespectadores de todo el mundo que vivimos, en riguroso directo, ése acontecimiento absolutamente histórico.

Armstrong fue el primer hombre en pisar la luna, le siguió Aldrin y mientras, Collins esperaba en la nave el regreso de ambos que estuvieron durante unas dos horas y media recogiendo muestras y realizando fotografías.

La versión oficial nos cuenta que las primeras palabras de Armstrong al pisar suelo lunar fueron las archiconocidas: “Éste es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. No obstante, existe una versión no oficial que relata que previa a esa frase histórica y que sirvió como titular a la prensa, Armstrong dijo: “Enhorabuena Mr. Gorsky”. Al parecer los periodistas de la época preguntaron insistentemente a Armstrong cuál era el significado de esas palabras que habían sido registradas por los sistemas de control de la NASA. Armstrong se negó a hacer declaraciones al respecto hasta 1995, cuando nuevamente un periodista le formuló por enésima vez la pregunta. El señor Gorsky en cuestión acababa de fallecer y finalmente el astronauta podía desvelar el misterio.





En 1938, Neil Armstrong era un niño en la pequeña localidad de Wapakoneta, Ohio, que se encontraba jugando al Béisbol en el jardín de su casa. Neil golpeó la pelota con la fuerza necesaria para hacerla llegar al jardín de su vecino (el señor Gorsky).

Neil se acercó a la casa de su vecino para recuperar su pelota y a través de la ventana entreabierta escuchó como la señora Gorsky le decía a su marido: “Sexo oral? Pero... Te has vuelto loco? Lo tendrás cuando el pequeño de los Armstrong se pasee por la luna!”.

Anecdota al margen, lo cierto es que éste acontecimiento supuso el broche de oro para la década de los 60 y marcó la entrada a los 70 y el resto de la historia de la humanidad.

(Imagen superior correspondiente a la portada de LA VANGUARDIA editada el 22 de Julio de 1969).



La Casa del Reloj

El primer programa infantil que recuerdo fue el de “Los Chiripitifláuticos”que se emitió entre 1966 y 1970. No obstante, en 1971 apareció “La casa del reloj” a partir del cual, la salida del cole y el pan con chocolate, nunca volvieron a ser lo mismo para mi. Sin duda “La casa del reloj” fue especial durante un periodo comprendido entre mis 6 y 9 años de edad ya que en 1974 desapareció de la programación de Televisión Española.

Los guionistas fueron Encarnación Martinez y Lolo Rico (autor posteriormente del mítico “La bola de cristal”), Miguel de la Hoz como realizador y Manuel García a cargo de la música.

Cuando en la intro de presentación la voz en off decía: “Entramos en la casa del reloj”, recuerdo con asombrosa nitidez cómo yo entraba de manera literal y a partir de ese momento me dejaba seducir absolutamente por los trabajos manuales que hacían los presentadores, los juegos, el modo en cómo nos enseñaban a usar el calendario a través de uno muy curioso compuesto por un bastidor en el que se hallaban tres rectángulos adornados con los divertidos dibujos de unos gusanos; al girar cada uno de los rectángulos, alguno de los presentadores del programa nos enseñaba los días de la semana y el número de día y mes del año.

El programa, como no, contaba con tres muñecos como máximos protagonistas (en aquellos tiempos, eso de que en un programa infantil hubiesen marionetas o muñecos... era novedoso!), los personajes eran: Marta, una muñeca de trapo con coletas, Poppy, una especie de calabaza, y Manzanillo, un burrito de trapo. Los tres, junto con los presentadores, cantaron canciones inolvidables que seguro aún resuenan en algún recóndito lugar de nuestra memoria:

“Redondo es, redondo es, redondo, re, redondo, redondo es...” Con canciones de este estilo nos enseñaban de un modo ameno las diversas figuras geométricas simples.

“Marta Poppy, Manzanillo, Marta, Poppy, Manzanillo, están cambiando las letras y las ponen del revés, porque no saben que hacer...” Y esta otra servía para que ordenásemos letras y formásemos sencillas palabras.

Y que no decir de los presentadores que posteriormente al programa continuaron sus carreras en el mundo de la televisión y en terrenos bien diversos, por ejemplo: Miguel Vila se dedicó a los programas deportivos en radio y televisión. Pedro Meyer pasó a ser años más tarde, el presentador del telediario; también fue asesor en el Ministerio de Defensa, volviendo de nuevo a la televisión, a la radio y siendo en el 2004, director de programas de Radio Nacional de España. Paula Gardoqui continuó presentando programas infantiles después de la casa del reloj, al igual que Manolo Portillo que se incorporó al programa “Un globo, dos globos, tres globos” junto con María Luisa Seco. Mercedes Ibáñez se especializó en la realización y a desempeñar un importante papel detrás de las cámaras. Y finalmente Pepa Palau que tras su aparición en el programa fundó una compañía de teatro dedicada a las representaciones para el público infantil.

La casa del reloj fue sin duda, un programa infantil que marcó las pautas para muchos de los que siguieron después, e incluso de los que se siguen haciendo hoy en día.

viernes, 27 de febrero de 2009

El Cine Exin


Hoy me he comprado un Cine Exin. Reconozco que en mi infancia fui fan del Cine Nic, los tuve ambos y me lo pasé bien con los dos, pero... el Cine Nic era único, especial, más de autor; mientras que el Cine Exin era más... comercial.

Cine Nic tengo uno que aparecerá tarde o temprano en este blog. Así que debía comprarme un Cine Exin también y darle la justicia que se merece como uno de los juguetes más emblemáticos de nuestra infancia. Las tardes de domingo con primos o amigos en casa nunca hubiesen sido lo mismo sin esas películas de Disney, el pájaro loco, Charlot, Popeye, la Pantera Rosa, etc. Además, el balnco y negro de las primeras películas y el creck,creck,creck,crek del paso de la manivela te hacía sentir como si estuvieses en una proyección de cine mudo en los años 30.

En una época en la que no existían los videos ni los aparatos de DVD y apenas habían televisores en todos los hogares, aparatos como el Cine Exin eran un modo sensacional de llevarnos los dibujos animados a casa y con la magia esa de que nosotros mismos creábamos la ilusión del movimiento dándole vueltas a la manivela y viendo en pantalla divertidísimas aventuras.

Hoy, cuando he aparecido por casa con el Cine Exin; mi mujer, mis hijos de doce y seis años y yo, nos hemos sentado en el suelo del comedor, hemos apagado las luces y hemos vivido unos momentos de magia irremplazables proyectados en la parte interior de la caja del juguete que hacía las veces de pantalla.

Hemos visto: Charlot patinador, Charlot y su rival y Pluto y el flotador guasón. Para el domigo tenemos nueva sesión con: Jaimito y los bandidos y el rescate de Minnie (imagino que prepararemos unas palomitas).

A mis hijos les ha hecho tanta ilusión como me hizo a mi hace treintaitantos años atrás. Sólo por ver sus caras... ha merecido la pena comprarlo.

miércoles, 25 de febrero de 2009

La pelota de NIVEA


En verano nuestros padres cogían los coches y nos llevaban a la playa. Seguramente como a la gran mayoría de los que fuimos críos durante finales de los 60 y principios de los 70. No me cabe duda de que íbamos todos, de lo contrario... Quién me explica las interminables horas de caravanas? Filas interminables de SEAT 600, 333, 850 Especial, 124, 127, algún que otro Chrysler GS, Citroens, etc, etc. Todos en sus colores verde botella, azul, verde sin más, amarillo, blanco... Caravanas en las que se recalentaba la tortilla de patatas, el pan se convertía en goma, la Coca-Cola, la Fanta y las Mirindas, por más que se tuviese la precaución de meterlas en las neveras portátiles llenas de hielo, terminaban semiflotando en un montón de agua finalmente... caliente.

Mis padres quedaban cerca del Hospital Clínico de Barcelona con un par de matrimonios más y su respectiva prole; en total íbamos unos cinco críos y seis adultos. Una vez allí los pequeños nos repartíamos entre los tres coches.

—Yo quiero ir en el coche con el Alberto!

—Que no!... que hoy le toca al Miguel Ángel, el domingo pasado ya fuiste tú!. Hoy vas con el Alex!

—Jooooooo! Con el Alex no quiero que es pequeñoooo! BUUUAAAAAA!

No sé cómo, pero finalmente los mayores se las componían para repartirnos como les daba la gana y, ala!... Carretera y manta! Enfilábamos vía hacia la playa.

Los padres sufrían especialmente las horas interminables de camino, total para ir a Mataró o a Calella, a escasos kilómetros de Barcelona. Nosotros ni nos enterábamos abducidos por las historias que en el interior de esos coches/microondas vivíamos con nuestros Madelman mientras que por la radio se retransmitían los preparativos del partido de fútbol Barça – Español que tendría lugar unas horas más tarde.

Una vez en la playa, es decir; conseguido el objetivo, éramos untados de NIVEA hasta las cejas y nos volvíamos tan escurridizos como los mismísimos peces que habitaban en el fondo del Mediterráneo y que se ponían las botas contemplando los bikinis de las turistas suecas. Algo similar a lo que hacían nuestros padres. O a caso... Alguien había pensado que tantas horas de caravana no tenían, de un modo u otro, su recompensa final?

Nuestros objetivos playeros por aquel entonces eran dos, y ninguno tenía que ver con las suecas, eso vino más tarde. Como digo, nuestro objetivo era doble: por un lado correr de inmediato al agua, zambullirnos y pasar allí un montón de horas hasta arrugarnos como uvas pasas. Por otra parte... conseguir una de esas pelotas gigantes de NIVEA que soltaban desde el helicóptero que sobrevolaba la orilla. Quién no soñó con atrapar una de esas pelotas?, pero es más... Quién consiguió atrapar alguna? Yo estaba harto de intentarlo todos los domingos. Invariablemente siempre había quien la cogía, pero siempre, siempre, se trataba de un niño que no era yo!

Yo veía como el afortunado de turno se dirigía hacia la zona de toallas que indicaba, que ésa porción de arena, era “casi” propiedad privada de sus padres, y enseñaba la pelota, el trofeo que yo siempre desee y nunca conseguí. Maldito crío! Maldito sueco!, para más joder... casi siempre era guiri y su hermana mayor estaba como un queso!! El muy niñato, colorado como una gamba ya que sus padres, sobre su piel extremamente blanca, ni tan siquiera le ponían NIVEA! Por no ser, no eran ni consumidores asiduos del producto en cuestión, pero se llevaban la jodida pelota! Suerte tenían que por la televisión nos emitían una campaña para enseñarnos a tratar bien al turista que si no...

Sin ningún género de dudas que ésa situación ocasionó en mi un trauma infantil, y a las pruebas me remito:

Con el paso del tiempo me casé (no con una sueca. Jamás lo hubiese hecho con la hermana de un maldito robapelotas). Me casé con una chica que de niña iba también a la playa con sus padres que a su vez, eran de los que se tragaban interminables caravanas. Con el paso de los años ella me confesó que tampoco consiguió jamás una de esas pelotas. Al poco tiempo de nuestro matrimonio, llegó ése día en el que ella te dice:

—Cariño. Estoy embarazada. Estamos esperando un bebé.

Miles de años de historia de la humanidad, pero cuando a los hombres nos dicen eso, siempre se nos queda cara de tontos.

Vivimos con entusiasmo y entrega ese embarazo, hasta que un día, aproximadamente entre el séptimo y el octavo mes, mi trauma infantil por la nunca conseguida pelota de NIVEA... se hizo patente y se manifestó de una forma irremediable.

Mi mujer salía del baño luciendo su espléndida barriga. Yo contemplaba extasiado su magnífica orondez y le propuse que se tumbase sobre la cama. Salí de la habitación para regresar escasos minutos después. Absolutamente extrañada, mi esposa contempló como le pintaba la tripa de color azul con témpera soluble al agua y con blanco, rotulaba cuidadosamente las letras mágicas... NIVEA.

Por fin!. Desee siempre ésa pelota de NIVEA, y finalmente la hice mía. La poseí!

martes, 24 de febrero de 2009

Vamos a la cama

Quizá uno de los dibujos animados más entrañables, más queridos y recordados fue (y para algunos de nosotros sigue siendo) el del mensaje que Radio Televisión Española nos mandaba cada noche a las 20:00 horas, para que los más pequeños nos fuésemos a la cama de la mano de Cleo, la mayor de “La família Telerín”, seguida del resto de sus hermanos: Teté, Maripí, pelusín, Colitas y Cuquín.

La pequeña obra de arte animada fue creada en 1964 por los hermanos José Luís y Santiago Moro en sus estudios de Madrid y nos dio las buenas noches durante los 60 y los 70.
Posteriormente la familia Telerín tuvo una aparición estelar en el largometraje animado “El mago de los sueños”, un film realizado en los estudios Macián de Barcelona y dirigido por Francisco Macián en 1966. Como ya he mencionado en un post anterior, éste largometraje, formado por una serie de historias breves inspiradas en cuentos clásicos de Hans Christian Andersen, gozó de gran éxito internacional, pero sobretodo por parte del público hispanoamericano.

lunes, 23 de febrero de 2009

El Cola-Cao

El “Desayuno y merienda ideal” presentado en chocolate en polvo soluble con leche y fabricado por la empresa de alimentación catalana Nutrexpa.

El producto nació en el año 1946, pero alcanzó su gran popularidad a partir del 1950 y gracias al spot radiofónico que lo anunciaba en todos los hogares españoles. El anuncio consistía en la conocida “Canción del negrito”; un anuncio que hoy sería calificado de “políticamente incorrecto”, pero que tenía la gracia y la frescura de todas esas cosas políticamente incorrectas.

Posteriormente, en 1962 empiezan a llegar los primeros televisores a las casas de algunos privilegiados que pudieron disfrutar, entre otras cosas, de los primeros spots del Cola-Cao. Probablemente la versión más recordada por alguno de nosotros sea la que se hizo en Estudios Moro (creador de “La Familia Telerín”) y realizada por Francisco Macian (Realizador de “El mago de los sueños”. Uno de los largos de animación españoles que gozaron de una mejor acogida a nivel internacional). Ambos, grandes del mundo de los dibujos animados, se pusieron manos a la obra y llevaron a cabo uno de los anuncios más recordados durante varias generaciones.

En los 70; concretamente en 1972, el Cola-Cao se convirtió en “el alimento olímpico” al ser el patrocinador de los Juegos Olímpicos de Munich 72. Lo mismo sucedió años más tarde cuando fue patrocinador, también, de los Juegos Olímpicos Barcelona 92. Esta última exposición de la marca sirvió para que el producto se exportase a nivel internacional.

El Cola-Cao tenía “el problema”... de que su solubilidad era algo compleja. La leche debía estar caliente para que los polvos se disolviesen fácilmente, de lo contrario, con la leche fría y sobretodo en verano, prepararse un Cola-Cao solía requerir una pequeña dosis de paciencia, o eso, o estar dispuesto a masticar grumos de chocolate, cosa, que según como... tampoco estaba mal.

Probablemente y como reacción a ese pequeño detalle. Nutrexpa sacó al mercado a finales de los 90, el Cola-Cao Turbo. Esta nueva versión no presentaba el inconveniente anteriormente citado, pero... los nostálgicos seguimos tomando, el ahora denominado: Cola-Cao Original.

Aparecieron otros productos para chocolatear nuestra leche del desayuno o de la merienda, algunos gozaron de reconocimiento e incluso siguen comercializándose en la actualidad, otros desaparecieron para siempre. Cola-Cao, junto con Nesquik fueron los dos grandes protagonistas, los auténticos supervivientes que aún siguen vitaminando a nuestros hijos.

Con el Cola-Cao y el Nesquik sucedía algo similar como con el fenómeno Beatles y Rollings; a los que les gustaba uno, despotricaban del otro y viceversa, resultando casi imposible reconciliar a fans de un lado con fans del otro.

Los verdaderos afortunados éramos aquellos a los que nos gustaban los dos: Cola-Cao y Nesquik, Beatles y Rollings. Vaya... el completo!

1964


1964 fue un año en el cual se fraguaron los más importantes planes para la entrada del mundo en el futuro inmediato y que asentó los principios básicos para la siguiente década de los 70. Un año que nos preparó para el mayo francés del 68, la revolución Hippy y la llegada del amor libre, a la vez que se dio el primer paso importante para la llegada del hombre a la luna y se gestaron los primeros ordenadores con sistema de bytes. Un año que, sin duda, significó una puerta entre el ayer y el hoy.

Veamos un muestreo de acontecimientos:


En 1964 nació la minifalda y el primer coche deportivo de la marca Ford Mustang. Se creó el ordenador IBM S/ 360 a partir del cual surgen los demás ordenadores IBM. A su vez, el recién nacido IBM S/ 360 fue el primer ordenador de la historia atacado por un virus. También en 1964 el dibujante argentino Quino dio a luz a su personaje más emblemático y conocido; Mafalda, y nacía la Pantera Rosa de la mano de DePatie-Freleng Enterprises. Fue ése mismo año en el que Guinea Ecuatorial se independizaba de España. El año en el que se aprobaron los planes para la construcción de las torres gemelas en Nueva York. El año en el que EE.UU. Lanzó al mercado “Meet the Beatles” el primer álbum del mítico grupo. También en 1964 la NASA trató de mandar una más de sus sondas con el objetivo de tomar fotografías de nuestro satélite vecino y conseguir imágenes que facilitasen la llegada del hombre a la luna. En enero le tocó partir en dicha misión al Ranger VI, provisto de seis telecámaras que fallaron y que ni tan siquiera pudieron fotografiar el fatal desenlace del artefacto al estrellarse contra el Mar de la Tranquilidad en pleno corazón del satélite. No obstante, en julio del mismo año y con idéntica misión, partió el Ranger VII consiguiendo enviar las primeras fotografías cercanas y nítidas de la luna. Surcó también hacia el espacio el primer Gemini. En ése movido 1964 Malcom X fundó el partido nacionalista negro en Nueva York, y mientras que la Cámara de los Comunes abolía la pena capital en el Reino Unido, en Sudáfrica era condenado a muerte el lider del Congreso Nacional Africano Nelson mandela por el gobierno racista. El Papa Pablo VI, puestos a condenar algo, condenó la píldora anticonceptiva ya que al parecer, condenar a muerte a alguien era más venial que impedir un nacimiento no deseado. Volviendo a Nueva York, el presidente Lyndon Johnson firmó la ley de derechos civiles, la cual prohibió la discriminación racial en establecimientos públicos y en cualquier negocio o institución que recibiera fondos federales. En Oslo, recibió el premio Nóbel de la Paz el líder del Movimiento Estadounidense de Derechos Civiles, el Dr. Martin Luther King, Jr. la persona más joven en recibir el galardón. Los derechos del pueblo negro empezaban a hacerse un hueco en un mundo de blancos. Y puestos a hablar de movidas heavys...entre el 6 y el 9 de agosto del año 1945 cayeron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, pero fue en 1964 cuando China dejó caer un bonito pepino (también atómico) sobre Sinkiang. Paralelamente y debido al recrudecimiento del conflicto bélico en Vietnam, el congreso de EE. UU. aprobó una ley (la resolución del Golfo de Tonkín), dándole al presidente Lyndon B. Johnson amplios poderes para decidir acerca de los ataques contra las fuerzas estadounidenses en Vietnam.


Debo añadir que para mi, en 1964 empezó todo. Una mañana, a las 7:00 AM horas de un caluroso 7 de agosto de 1964. Mis padres y yo nos vimos por primera vez, tuvimos el gusto de conocernos y a pesar de la mucha guerra que les he dado, espero y deseo no haber sido para ellos un mal acontecimiento en medio de un año tan dinámico y vital.


Ahí dejo la portada de La vanguardia del día 7 de agosto de 1964. El día que vio nacer al Kioskero del antifaz ;-)

Amenizo el post con un tema de 1967 que sonó mucho durante la guerra del Vietnam y que era un grito mudo proclamando un cambio mundial. Me pregunto sí desde entonces hasta ahora... han cambiado sustancialmente las cosas.



domingo, 22 de febrero de 2009

S-I-U-M 125


Una joya de Monta-Plex. Un minúsculo submarino que venía en un pequeño sobre, en colada y que era necesario montar para vivir las aventuras que te proporcionaba ése submarino atómico del año 2000 (entonces... éso era el futuro).


En realidad se trataba de una especie de imitación del submarino de la serie “Viaje al fondo del mar”. La serie en cuestión fue muy popular en los años 60 y el submarino original se llamaba SEAVIEU. Parece ser que los de Monta-Plex, decididos a no pagar derechos por la utilización de la imagen, prefirieron cambiarle el nombre y tan contentos. Al menos, nosotros, los que tuvimos la suerte de poder jugar con una de esas piezas, estábamos encantados de la vida.


Yo jugaba con él en una especie de bañera improvisada en la que mi madre me aseaba los domingos; consistía en un balde de plástico verde en el que iba lanzándome cazos de agua calentada en los fogones de la cocina para quitarme los restos de jabón. En esa... “bañera” se vivieron emocionantes aventuras con el S-I-U-M 125: gigantes pulpos imaginarios que lo zarandearon, maremotos que no le dejaban un sólo instante de descanso...


En diciembre del 2008 tuve la gran fortuna de conocer a Carlos (autor de la foto que muestro en el post). Carlos fue un privilegiado que tuvo acceso a la fábrica de Monta-Plex poco antes de su definitivo cierre y que pudo hacerse con un buen lote de productos.


Por mi parte, yo tuve también la gran suerte de poder entrar en contacto con él y adquirirle algunas piezas, entre ellas, unos cuantos submarinos S-I-U-M 125 y otras que más adelante iré mostrando.


Recuerdo cuando recibí por correo el primer S-I-U-M; me temblaban las manos, no me atrevía a romper el sobre y lo abrí con extremo cuidado. Todo, el sobre y el submarino, eran mucho más pequeños de lo que yo recordaba. En realidad, el problema estaba en que mis manos son ahora más grandes, pero mantenía su olor a plástico setentero y me trajo a la cabeza esa escena de la bañera y del submarino pasando auténticos apuros.


Mi nuevo S-I-U-M 125 luce actualmente en una vitrina. El día menos pensado... me baño con él.

La hora de la merienda


Mi yaya Lola era la encargada de traerme y llevarme de un lado para otro. Era la que jugaba conmigo en casa, la que me preparaba la merienda, me obligaba a ducharme, a hacer deberes, me compraba chuches... Mis padres trabajaban todo el día y apenas les veía un ratito por la mañana y otro por la noche.


Unas galleta Fontaneda y un buen vaso de leche chocolateada con Nesquik me daban la energía necesaria para aguantar todo el día, pero... Y ella? Ella que lo aguantaba absolutamente todo... Que merendaba ella?


Yaya Lola; sigo merendando mi vaso de leche con Nesquik, y ése, no es el único momento del día en el que aún sigo acordándome de ti.