viernes, 31 de mayo de 2013

La biblioteca infantil y doméstica de los 70's

Os muestro una pequeña parte de mi biblioteca personal de cuando era niño; la que aún conservo de aquellos primeros años en los que me dejé llevar por las maravillosas historias que contenían los cuentos, las novelas infantiles y juveniles y también los TBOs y los Comics de los que llegué a tener un buen montón.

Como podéis observar, el libro de Tom Sawyer lo tengo "repe". Resulta que en la biblioteca de mi barrio tenían una edición magnífica, densa y maravillosamente ilustrada, pero fui incapaz de encontrarlo en las librerías por más que me las pateé todas. En su lugar encontré una edición que por aquellos tiempos lanzó al mercado Editorial Bruguera (el de la parte superior de la imagen), pero... nada que ver. La que molaba era la edición que veis en la parte inferior de la foto y que aún conserva en su lomo las pegatinas de la biblioteca, pero que pasó a formar parte de mi propiedad porque un día... la pispé. Me arrebató la incontrolable necesidad de que ese libro tenía que ser mío, así que, podríamos decir que... lo "privaticé".

Todo lo contrario a lo que sucede en la actualidad con los libros de lectura, que en lugar de formar parte de las bibliotecas personales de nuestros hijos, han pasado a ser una posesión de las escuelas con la iniciativa de que sean "reciclados" y pasen de mano en mano sin que pertenezcan a nadie. A eso le llaman "socialización". El problema es que con una iniciativa así por parte de las AMPAS de las escuelas y gobierno -y seguro que con buena intención, pero con nefastos resultados-, las editoriales cada vez venden menos libros, las imprentas y las librerías cierran, y los autores nos vemos obligados a trabajar por amor al arte o a convertir nuestra vocación en una simple afición sin poder, ni tan siquiera, vivir en la austeridad en la que hemos estado viviendo durante muchos años; porque claro... tampoco es que hayamos estado nadando en la abundancia hasta ahora, ni viviendo del cuento por más de ellos que hayamos podido escribir o ilustrar.

Pero el problema va más allá -y eso es lo realmente importante-. No sé si el día de mañana nuestros hijos podrán mostrar una fotografía como esta que os enseño y en la que podamos ver aquellas novelas y libros en general que fueron suyos. El libro será de la escuela y en casa apenas habrán libros. Se creará en nuestros hijos la mentalidad de que los libros no se compran porque "eso es cosa del cole". Se descatalogarán libros a una velocidad fulminante debido a la falta de ventas y los autores dejaremos de escribir y no habrán nuevos autores porque quizá, los que lo somos, aprendimos a base de mirar y remirar, de leer y releer esos libros de nuestra biblioteca personal. Aprendimos de esas historias que nos acompañaron y que seleccionábamos en la librería de nuestro barrio. Sin duda, lo más probable es que yo no sería autor a día de hoy sin la existencia de mi pequeña biblioteca doméstica.

La profesionalización de la literatura pasará a mejor vida si un escritor tiene que serlo a tiempo parcial mientras trata de ganarse la vida poniendo copas en un bar o trabajando en una oficina.

Y vosotros, conserváis aún vuestra biblioteca de cuando erais niños?