miércoles, 20 de abril de 2011

Tai-Pan de juguetes Gracia

Y mira que nos lo advirtieron... La fabrica de juguetes Gracia, por allá principios de los años 70, nos presentaba un juego fantástico que consistía en una caseta de tiro al blanco (bueno... al chino), provista de una pistola lanzadora de discos; para más señas... amarillos.

Se trató de un juguete premonitorio de lo que sin duda terminaría sucediendo. Fue un estertor, un grito desesperado de la empresa juguetera española que nos preparaba para lo que terminaría siendo la desaparición del “Made in Spain” y de la llegada del “Made in China” que a día de hoy resulta ser ya algo imparable.

La caseta de tiro de juguetes Gracia nos presentaba a cinco chinos que impertinentemente, y gracias a un sofisticado sistema mecánico accionado por una pila de petaca, asomaban en forma alterna sus cabezas sonrientes y nos retaban a que disparásemos certeramente en su entrecejo. Aún y así, los niños de la época no pillamos el mensaje. Nos limitamos a jugar con el Tai-Pan como si se tratase de un juguete más, cuando en realidad, lo que el fabricante nos estaba lanzando era el mensaje de que China, empezaba a tomar posiciones para llegar a convertirse en la primera potencia mundial. Nos decía que ese lejano y milenario país empezaba a abrazar la economía capitalista, y que no se conformaría con las copias malas de marcas internacionales que venderían a precio de saldo en mercadillos y bazares, sino que además, terminarían fabricando nuestros productos, tomando posesión de nuestros comercios, apropiándose de nuestros bares e incluso dejando a un lado al Chop- Suey para cocinarnos tortillas de patatas en el bar, que antes era “Bar Manolo” y que ahora, aunque mantenga el cartel de su antiguo propietario, el actual dueño es un chino.

Los chinos son como Dios -al margen de que hay tantos... que están en todas partes-, aprietan, pero no ahogan . Los chinos no van a permitir que caigamos en desgracia. Ellos van comprando nuestra deuda para asegurarse de que no vamos a dejar de comprar sus productos, de modo que para ellos, la inversión en deuda es un negocio rentable.

Además consiguen cosas imposibles. Consiguen que nos olvidemos de que China es una dictadura comunista que pisotea los derechos humanos. Que se trata del país que ejecuta en pena de muerte a más personas que el resto del mundo en su conjunto, aunque las cifras totales siguen siendo un oscuro secreto. Consiguen también que todo occidente mire hacia otro lado mientras ellos expolian y reprimen (desde hace más de 70 años) al pueblo tibetano en una invasión que ha supuesto la destrucción de monasterios actualmente reconvertidos en sedes oficiales del Gobierno chino, además de millares de asesinatos y de todo tipo de vejaciones que van desde las persecuciones y los encarcelamientos, hasta la tortura o el confinamiento de miles de tibetanos en campos de trabajo forzoso. Claro que mientras nos vayan dando parné... todo esto no importa, o importa poco.

La casa de juguetes Gracia ya nos lo advirtió. De un modo subliminal y con el Tai-Pan, nos estaba pidiendo que detuviésemos el avance de algo que terminaría siendo imparable, pero... tampoco hicimos caso.

Así pues, somos los únicos culpables de haber cedido todo este terreno. Nadie nos ha puesto (todavía) una pistola en la sien para que les cedamos nuestros negocios a cambio de un fajo al contado, ni de que con tal de producir más barato hayamos trasladado nuestras fábricas allí empobreciendo nuestra capacidad productiva de un modo irrecuperable.

Eso nos pasa por fiarnos de quienes nos ofrecieron arroz tres delicias y flipamos con eso. Para nuestra sorpresa, algunos seguimos estupefactos aún al descubrir que las tres delicias no eran más que: tortilla, jamón York... y guisantes.

Imágenes: Tai-Pan de juguetes Gracia años 70's. Colección particular.