jueves, 3 de mayo de 2012

El invento del TBO

Que no, que no, que ni se me ha tragado la tierra ni me ha hundido la crisis; al contrario, lo que me ha hecho esta crisis (a parte de hacerme desaparecer durante un tiempo de este blog) ha sido obligarme a replantearme (una vez más) qué quiero hacer cuando sea mayor. Y después de revisar mi recorrido profesional empezando como humorista gráfico allá por los 70’s, siguiendo como creador gráfico de videojuegos (de los primeros manufacturados y creados en Spain) allá por los 80’s, continuando en una nueva etapa en el mundo de los dibujos animados colaborando y pariendo series para la tele durante los 90’s, y dedicándome al mundo editorial escribiendo e ilustrando cuentos durante la primera década de este siglo, llegué a la conclusión de que, de mayor, quiero dedicarme a TODO!!. Que no están los tiempos como para aprender un oficio y tener que dejarlo colgado cuando se te presenta una crisis como la de 1978, o una guerra como la del Golfo, o otra crisis como la actual, así que me dije: “Muchacho, ya no estás en edad de aprender a hacer algo distinto a lo que haces. Te has pasado la vida haciendo dibujitos, pelis y escribiendo, de modo que ya tardas en preparar un proyecto a medida y buscarte la vida”; y lo hice.

Pensé en un libro electrónico de esos que tanto se van a empezar a llevar un día de estos, pero que de momento... aún andan manga por hombro. Pero sin duda, un libro electrónico en el que poder introducir textos, ilustraciones, animaciones, videojuegos, etc... sería ideal. El problema es que soy un nostálgico al que le gusta el papel impreso, y lo malo de esos cachivaches de libros electrónicos es que necesitan de una serie de conocimientos tecnológicos para los cuales soy un perfecto analfabeto.

La cosa estaba jodida, pero nada que no se pudiese solucionar tras una larga elucubración perpetrada durante una interminable noche en vela.

No sé si llegué a decir “Eureka!”, pero me sorprendí a mí mismo, una mañana lavándome los dientes y descubriendo frente al espejo al inventor del Libro Impreso Digital y Multimedia. Eh?... Que cómo se come eso?

Preparé un proyecto, escribí una sinopsis, realicé algunas ilustraciones y unas cuantas cosas más, y a los pocos días lo tuve todo listo para llamar a la puerta de Ediciones B (para los que no os hayáis dado cuenta todavía y estéis pensando: “Qué tiene que ver esta entrada con los años 70’s?”, ahí viene cuando todo se enlaza... ya veréis).


Editorial Bruguera fue la factoría que se encargó de que nuestra infancia, metida en una fúnebre dictadura y en un más que sospechoso “desarrollismo”, fuese, a pesar de todo, una infancia feliz. La empresa se fundó en 1910, bajo el nombre de El Gato Negro como una editorial especializada en folletines y revistas de historietas hasta que en 1921 alcanzó un enorme éxito con la revista Pulgarcito. A partir de ahí, y ya con el nombre de Editorial Bruguera, continuó con la edición de tebeos y de novelas de consumo popular con autores como Corín Tellado, Marcial Lafuente Estefanía, Silver Kane (que en realidad era, el periodista y escritor Francisco Gonzalez Ledesma, bajo pseudónimo) y otros autores que se fueron haciendo populares, así como sus revistas de aventuras tales como: El Cachorro o El Capitán Trueno.

Durante nuestra infancia en los 60’s y los 70’s, revistas de historietas como: Din Dan, Bravo, Gran Pulgarcito, El Mortadelo, Lily, Zipi y Zape, Super Tio Vivo, etc; o colecciones como: Olé, Magos del Humor y Joyas Literarias Juveniles, fueron la literatura que devoramos conjuntamente con Los Cinco de Enid Blyton, las aventuras de Los Hollister y algún artículo de divulgación que llegaba a nuestras manos porque siempre había algún vecino o abuelo suscrito al Reader’s Digest. Pues bien; Editorial Bruguera, después de haber sido emblemática para los que fuimos consumidores compulsivos de tebeos a lo largo de toda nuestra infancia, pasó por un mal momento en el año 1986 que hubiera podido significar su final, de no ser, porque pasó a manos del Grupo Z que la relanzó como un pequeño sello editorial dentro de Ediciones B.

Lo veis, descreídos? Veis como al final todo tiene un por qué, y esta entrada tiene más que ver con los 70’s de lo que parece?

Me hacía una especial ilusión que fuese Ediciones B, y no otra, la que editase mi novedoso, ultra-revolucionario y mega-cósmico invento del Libro Impreso Digital y Multimedia; a fin de cuentas, era como cerrar un círculo y devolverle a la vieja Bruguera parte de esos buenos ratos, disfrute y gozo, para que ella, como bien tuviese a entender, administrase y distribuyese mi invento y lo convirtiese en inolvidables momentos de lectura y entretenimiento para las generaciones de jóvenes actuales y venideros.

Claro que... todo podía salir mal y existían muchas posibilidades de que Ediciones B me dijese que no estaba el horno pá bollos y que podía irme con mi proyecto a otra parte, pero si algo he aprendido en esta vida es que nunca hay que dar nada por hecho, y que a pesar de la crisis, de que no es momento para invertir un euro, y menos, en un Libro Impreso Digital y Multimedia... Pues oye, el NO (en caso de que así fuese) ya me lo darían ellos. De modo que sin miedo al ridículo ni al fracaso más estrepitoso, me lancé al barranco con mi invento bajo el brazo, y... les gustó.

Rápidamente nos pusimos a hablar del tema y de cómo enfocarlo. Me preguntaron cuánto tiempo tardaría en escribir una novela juvenil, en ilustrarla, en crear unos sencillos videojuegos, en hacer algunas peliculitas... Afortunadamente, y aunque muerto de nervios y envuelto en sudor, pude dar respuesta a todas sus dudas ya que mi invento lo tenía muy claro. Pactamos fechas de entrega, porcentajes y demás de esas cosas aburridas y me encerré en mi estudio durante unos meses para darle forma a lo que había sido un proyecto y que a día de hoy, es ya una realidad.

La venta en librerías de las aventuras de GERY GARABATOS estaba prevista para ayer, día 2 de mayo, pero debido a que en Madrid fue fiesta y son ellos, los madrileños, los encargados de la distribución, imagino que a lo largo de la semana que viene ya estará disponible en todos los puntos de venta.

El caso es que gracias a Editorial Bruguera pasé los mejores momentos de mi infancia, y hoy, gracias a Ediciones B (la Bruguera nueva), ya sé que quiero ser cuando sea mayor.

Para que os vayáis haciendo una idea de en qué consiste el invento cósmico del Libro Impreso Digital y Multimedia, os dejos los siguientes enlaces:



La Página Web de GERY GARABATOS


Y también podéis haceros seguidores del personaje a través del facebook:






Otro día seguimos con más historias setenteras, pero hoy, como dijo Paco Umbral... he venido a hablar de mi libro ;-)