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BLUA SCARLET © Lluís Llort, Sergi Càmara, El Punt Avui |
Pues eso, que habrá que pedirles algo a los Reyes ya que se
curran el viaje desde Oriente y encima vienen cargados.
Lo que pasa es que la última imagen que tengo de los Reyes
Magos no es muy esperanzadora que digamos. Resulta que el periodista y escritor
lluís Llort y yo, tenemos la buena costumbre de colaborar mensualmente en el
suplemento dominical
Barça Kids que ofrece el diario
El Punt Avui. Y en él, a
través de los textos de lluís y de mis ilustraciones, damos vida a
Blua Scarlet:
una joven lista, intrépida y perspicaz que trata de resolver (y con notable
éxito) todos los casos y enigmas que se le plantean. Pues bien, en nuestra
participación en el suplemento del pasado mes de diciembre, los Reyes Magos se
habían perdido y habían dejado sola a Blua con los tres camellos y en mitad del
desierto.
En un primer momento lo entendimos: “No es de extrañar que
huyan teniendo al yerno que tienen, y si además, le sumamos una tras otra las
numerosas pifias que la Casa Real ha ido cometiendo en estos últimos tiempos...
como para quedarse está el tema” –pensamos. Pero inmediatamente reaccionamos: “Ah, no! Que no son esos reyes. Que
los que se han perdido son los buenos, los que traen regalos a los niños y
reparten caramelos. Los otros ni se pierden, ni se van!”. Y aunque ligeramente angustiados con eso de que los buenos se
pierdan y de que los malos ‘nos pierdan’ decidimos escribir nuestras
respectivas cartas y mandárselas a sus Majestades con la esperanza de que den
con una buena estrella, la sigan, encuentren el camino, y no nos decepcionen
con nuestras peticiones.
Personalmente nunca he sido de mucho pedir. Me conformo con
poco, ya que de crío escribía interminables cartas con multitud de cosas, pero
al final siempre me traían lo que les daba la ‘Real’ gana. Así que me he
limitado a pedir un viejo juguete setentero que deseo ardientemente desde hace
unos seis años, pero caramba! Aún y pidiendo poco, no me hacen el menor caso. A
ver si va a ser que esto de la realeza va a ser malo y una interminable
tomadura de pelo?
El regalo en cuestión es el Ford Galaxie de la casa Rico. Un
coche que tuve de pequeño. Que se trata del primer juguete que recuerdo -o del que
tengo conocimiento al menos-, y que me fascinó por su gran tamaño y sus vistosos
colores. Lo destrocé de tanto que jugué con él, no obstante, en esta ocasión he
prometido ser bueno y tenerlo solo de adorno, pero aún y así... no sé si va a
colar, ya que por lo que he podido sondear por ahí, vale una pasta, y si ellos,
los reyes, no están para gastos... yo aún menos.
En cualquier caso me lo pido, y a ver qué pasa.
También he pedido otras cosas, pero estas no para mí; que
soy persona altruista –dicho sea de paso-, y con bastante desapego a lo
material. Les he pedido a los Reyes que le traigan un cerebro a Mariano porque
he pensado que no estaría mal que nos gobernase alguien con cabeza, o cuanto
menos, con algo en su interior. Y para terminar les he pedido también a los
Reyes que les traigan a los Reyes (a los otros, a los malos), que a ellos, a las
infantas, al yerno y demás, les caigan durante este 2014 un montón de juicios,
y ya puestos que los pierdan.
Ya les hago saber ahora que ninguno de los tres regalos que
he pedido se va a cumplir. Que esto de los Reyes nunca ha sido como lo de los
tres deseos que le podías pedir al genio de la lámpara. Que si los Monarcas
Borbones siempre han ido a su bola, los Reyes de Oriente no son menos. Así que
nada, espero que ustedes tengan más suerte, y si quieren carbón, ya saben, no
tienen más que pedir que yo voy a tener a espuertas.
Cuando en mi casa me dijeron eso de que “los Reyes no
existen”, reconozco que me llevé cierta decepción. Pero era totalmente cierto
ya que por aquellos tiempos no existían, ni los buenos ni los malos. En su
lugar había un señor calvo, bajito y gallego que mandaba por cojones y por la gracia de Dios. Ahora, en cambio, sí que existen los Reyes, pero... Tienen
precisamente que ser los malos?
Joder... nada es como en los cuentos.