El pasado día 11 de este mes tuvo lugar la Diada, fiesta que gran parte de Catalunya celebra con fervor, mientras que en gran parte de España se toma con cierto recelo y cierta sorna por eso de celebrar lo que haríamos bien en llamar... una clamorosa derrota.
De las victorias se recogen los laureles, cierta popularidad, y unos nada despreciables beneficios que generalmente acostumbran a ser materiales. La derrota en cambio, no es plato de buen gusto, deja un sabor amargo, y no parece ser nada deseable. No obstante, los que de un modo u otro hemos combatido alguna vez, sabemos que las victorias y las derrotas se suceden las unas a las otras de forma natural; no se puede ganar siempre, y de igual manera es imposible resultar constantemente derrotado. De modo que nos tomamos las victorias como una justa recompensa a nuestros esfuerzos, pero no les damos mayor importancia. Las derrotas, por el contrario, son las que ponen los límites a nuestras capacidades y las que suponen un reto que hay que superar, pero por encima de todo, las que nos hacen tomar conciencia de nuestro derecho a existir.
Catalunya conmemora con la Diada la caída de su soberanía a manos del rey borbónico Felipe V, que tras un largo asedio entró con sus tropas en Barcelona el 11 de septiembre de 1714. En su contienda Felipe V recibió el apoyo de los reinos de Castilla, Navarra y las provincias vascongadas, venciendo a la Corona de Aragón y aboliendo sus fueros con los Decretos de Nueva Planta en Aragón, Valencia, Mallorca y Catalunya. Dichos decretos se crearon con el fin de castigar a todos aquellos que se alinearon en su contra y suponían la abolición de sus antiguos fueros. Las medidas fueron especialmente duras en Catalunya por tratarse del lugar donde mayor resistencia se produjo, y como consecuencia se suprimieron las Constituciones catalanas de 1535, se abolieron la Generalitat, las Corts y el Cosell de Cent y se impuso el castellano en las escuelas e instituciones públicas siguiendo el modelo centralista de la monarquía francesa, a la vez que se instauraba el catastro y demás impuestos a través de los cuales la monarquía conseguía ejercer todo el control económico.
Felipe V, conocido en su Francia natal como Philippe de Bourbon, duque de Anjou, era un joven depresivo, con el ánimo decaído, y con una lucidez que habitualmente perdía encontrándose sumido en largos periodos de demencia y melancolía , y a quien al parecer, ni tocándole las pelotas a la Corona de Aragón, ni sometiendo a los catalanes a una severa castellanización, le volvió jamás la alegría. La victoria no le otorgó un equilibrio emocional, y sus episodios de melancolía le siguieron acompañando y debilitando a lo largo de toda su vida.
Personalmente esta última Diada del pasado sábado me recordó especialmente a la que se celebró en 1977 y que se trató de la segunda celebrada tras la muerte del general Francisco Franco, y que según fuentes de la época contó con la participación de cerca de un millón de personas reivindicando el autogobierno para Catalunya. En esa Diada, el por entonces presidente del gobierno español Adolfo Suarez, legitimó a Josep Tarradellas como presidente del gobierno catalán, cargo por el cual fue elegido en 1954 mientras se hallaba aún en el exilio.
Sí digo que esta última Diada del 11 de septiembre del presente año, me recordó a la de 1977, fue precisamente por ese marcado carácter reivindicativo suscitado por la triste actualidad que ha consistido en el recorte constitucional de la autonomía de Catalunya y en la negación constante del Estado español a la mayoritaria voluntad del pueblo catalán en restablecer unos derechos y una soberanía que ostentó durante cerca de ocho siglos hasta su caída en la Guerra de Sucesión, y en aquel 11 de septiembre de 1714, fecha que se seguirá conmemorando en Catalunya, ya que de lo que en realidad se trata, es de recordar a los caídos y de celebrar la lucha posterior que movió y mueve al pueblo catalán a seguir reivindicando la legitimidad propia pese a la pérdida de libertades que significó una derrota, que por encima de todo... hizo tomar conciencia del derecho a existir.
martes, 14 de septiembre de 2010
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15 comentarios:
Felicidades por el comentario de hoy. Soy historiador, catalán y seguidor de tu blog y, todo y que seguramente nuestra opinión política no es exactamente la misma, me parece un texto muy ajustado y documentado. Recuerdo aquellos tiempos de los 70's donde como niño recojia octavillas políticas clandestinas del suelo sin saber exactamente que eran. Y es que coleccionava lo que podia !
Francesc
Me gusta tu entrada y el modo de exponer las cosas, no veo un tono radical y todo esta bien documentado. Pero Cataluña nunca ha sido soberana ni independiete.
Un saludo
Y aunque tampoco comparto tu opinion política, me gusta seguir tu blog aunque no suela dejar comentarios.
felicidades por esta pagina que nos trae tantos recuerdos.
Hola Francesc, gracias por tu comentario y espero leerte más por aquí ;-)
Julian; en realidad el comentario va para ambos. Considerar que yo tenga una opinión política, es mucho considerar. Me declaro nulo para decantarme hacia un lado u otro. No así en mi vida personal, profesional o en todo lo que compete a mi entorno más inmediato, ahí me gusta tomar mis propias decisiones, pero... En lo político? Ardua labor hermanos.
Los historiadores son los primeros (perdona Francesc ;-) que nos cuentan la historia con una objetividad muy relativa, de modo que el único modo de dilucidar –con no poca dificultad- lo que realmente sucedió hace 800 o 1000... o más años, es leyendo un poco de aquí y de allá y tratando de no dejarse llevar por apasionamientos personales en ningún momento; cosa difícil, lo sé.
No voy a entrar en si Catalunya fue o no independiente alguna vez. Sinceramente lo desconozco y me consta que hay opiniones al respecto en ambas direcciones, y todas se basan en hechos documentados con retazos de historia, así que si los eruditos metidos en materia no comparten una opinión común, no seré yo –el juntaletras de un blog- quien me erija con una verdad absoluta sobre el tema. De modo que ignoro si Catalunya fue independiente alguna vez y en ningún momento he afirmado nada al respecto de ello en la entrada.
Ahora bien, por otro lado está la soberanía de la que sí he hablado, y la cual mantengo.
Si entendemos soberanía como “La que reside en el pueblo y se ejerce por medio de sus órganos constitucionales representativos”. Y no lo digo yo... lo dice el RAE. Catalunya fue soberana cuando los carolingios otorgaron plenos poderes a los condes sobre gran parte del territorio catalán (siglo IX, finales). Se llegó a dar el caso de que el conde Borrell II no prestó juramento de vasallaje al monarca carolingio y se le aceptó; imagino que ya bastantes dolores de cabeza tenían ellos con sus guerras internas y demás conflictos. Pero llegado a este punto... no sé si no se podría llegar a hablar, incluso, de una verdadera independencia; no lo afirmo... tan sólo lo planteo.
Durante la Corona de Aragón se mantuvo esa soberanía debido a que el rey Ramiro de Aragón, no sólo le entregó a Ramón Berenguer a su hija en matrimonio, si no que incluso le entregó su reino para retirarse a un monasterio, y aunque no renunció a su dignidad real, en esa unidad dinástica pactada, los territorios que formaron la Corona de Aragón mantuvieron separadas sus propias instituciones y leyes.
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El reinado de Pedro IV el Ceremonioso impulsó aún más la soberanía de Catalunya dando lugar a la Diputación General de Catalunya y a la Generalitat.
También es cierto que -aunque pueda sonar al anuncio de Ikea- Catalunya llegó a ser constituida como república independiente en 1641 con la revuelta dels segadors que se levantaron contra las tropas castellanas que se hallaban en territorio catalán durante la guerra entre Francia y España. Vale que durante ese periodo se encontró bajo la protección de Francia, así que la Generalitat catalana proclamó como nuevo conde de Barcelona a un francés, concretamente a Luis XIII, y a quien le fue arrebatado el dominio nuevamente por Juan de Austria que lo puso en manos de Felipe IV confirmando los fueros catalanes.
Vaya... un ir y venir entre España, Francia y España, pero conservando esa soberanía que nos ocupa.
Admito que se pueda tratar de una soberanía entre comillas, pero es que como dijo Jean Bodin: "Si decimos que tiene poder absoluto quien no está sujeto a las leyes, no se hallará en el mundo príncipe soberano, puesto que todos los príncipes de la tierra están sujetos a las leyes de Dios y de la naturaleza y a ciertas leyes humanas comunes a todos los pueblos"; es decir... soberanía en cuestión ;-)
Llegamos ya a Felipe V que había jurado guardar los fueros catalanes. Carlos III se hallaba instalado en Barcelona y reconocido como rey, y en la puja por el trono durante la Guerra de Sucesión, y tras la victoria de Felipe V, los fueros y toda soberanía se fueron al garete a cambio de un centralismo absoluto.
Pero estamos ya en el siglo XVIII, al que efectivamente le precedieron más de ocho siglos de esa discutida soberanía a Catalunya.
Cualquier aportación a favor o en contra de lo expuesto, será bien recibida. Para eso estamos ;-)
De primera, la descripció del Borbó!!!
Tot i que patine un poc en aquestos temes polítics i històrics, no puc passar per ta casa sense deixar-te el meu aplaudiment. Li has donat un enfocament al tema molt equilibrat els tocs d'ironia que de tant en tant deixes escapar fan la lectura del post realment amena i entretinguda i mira que a mi aquestos temes em poden. Encara que ja t'imaginaràs que de tant en tant n'he escoltat algun que altre!!!
ENHORABONA
Ai, Sergi, Perdona, crec que no m'he explicat bé. Quan dic que aquestos temes em patines, no vull dir que no m'importen. No voldria que ho malinterpretares, el que vull dir és que no els domine. Importar-me, m'importen, és clar. La nostra història està ahi i conservar la nostra identitat és quelcom que a tothom li preocupa. Has fet un post magnífic i no voldria que pensares que amb la meua impulsiva expressió l'estic menyspreant. En absolut, eh!!!
Que no Joana!!! que t'has explicat perfectament en el teu primer comentari; si més no, jo ho havia entés tal i com després m'ho aclares. No pateixis ;-)
I efectivament.... em consta que del tema, ja hi ha qui te'n parla pels descosits :-D
"el juntaletras de un blog" XDD
Aún más interesante que la entrada de hoy me han parecido tus comentarios en la misma.
Coincido contigo en que es maravilloso leer y documentarse de aquí y allá y probablemente todo funcionaría mejor si no hubiera apasionamientos desmedidos, sobre todo en lo concerniente a la
política. Mundo éste!!
Un saludo
Tan sólo dos apuntes, Cataluña nunca fue independiente como tal, pertenecía a la Corona o Reino de Aragón, así que si algún día llegara a ser independiente, sería la primera vez en la Historia.
Y eso de que "la mayoría" de los catalanes quiere la independencia, me parece una afirmación muy atrevida, es cierto que en las votaciones de hace poco ganó la mayoría independentista, pero el número de votantes fue tan pequeño que no creo que se puedan considerar datos reales o de interés.
Querido anónimo;
Ya me sabe mal que hayas leído en mi entrada afirmaciones “atrevidas” que yo no he escrito, pero en cualquier caso... lo importante no es lo que no ha sido o ha dejado de ser Catalunya. Lo importante es y será lo que quiera ser ahora o en un futuro más o menos inmediato, y que al margen de la realidad actual, vaya usted a saber qué es lo que el futuro nos depara.
Pero que cada vez que España... "se expresa", crece la necesidad de independencia en Catalunya, y esa es ahora la realidad.
Como dije al principio de mi primer comentario, tan sólo eran dos apuntes personales, aunque yo me considero español y me daría pena que mi país (y por ahora el de los catalanes) se rompiera. No sé como se ve actualmente el panorama desde ahí, ya que nunca estuve en Cataluña, y si se tiene que independizar y lo consigue por medios no violentos (no como intentan otros), que así sea.
Cambiando de tema, soy seguidor de tu blog desde hace tiempo, ya que aunque algunas cosas nos puedan separar, nos une nuestra infancia similar y la afición por los juguetes de aquella época, que es lo que me gusta leer en tu blog, así que dejémonos de arregalr el mundo (cosa que no vamos a conseguir) y sigamos disfrutando de lo que nos une.
Quizá mi primer comentario en tu blog no fue un buen comienzo, pero no fue con ánimo de ofender a nadie y menos a tí.
Un saludo.
Luis.
Hola Luis;
Quede claro que en ningún momento tu comentario anterior fue ofensivo. Quizá mi respuesta, eso si, estuvo carente de algún contenido que te hiciese ver que para nada me ofendía con el tema.
Entiendo que esto no es más que una cuestión de sentimientos al margen de políticas y de historias territoriales. Lo que en realidad cuenta es lo que cada uno siente y cómo lo siente, poco más. Pero sea como sea, termine la cosa como termine, siempre habrá lo que tu dices; un pasado común plagado de recuerdos y que sin duda nos une.
Y gracias por la aclaración, aunque te repito que no era necesaria.
Un abrazo Luis ;-)
Al respecto, un artículo del escritor rossellonés Joan-Lluís Lluís: http://avui.elpunt.cat/noticia/article/7-vista/8-articles/306359-revolucio-francesa-i-independencia-catalana.html uno de tantos que tratan de argumentar el tema actual con la máxima claridad y lucidez posible, y una entrevista
para mi clave: http://estudisnacionals-uoc.blogspot.com/2010/09/no-allarguem-lagonia-i-matem-belgica.html realizada a un influyente valón (el presidente de un partido político que tiene un importante seguimiento en Valonia). Es interesante comparar las opiniones de este señor, miembro del sector unionista de Bélgica (quienes siempre han pedido la independencia han sido los flamencos) su visión reflexiva de la realidad de su país y los peligros que conlleva alargar una situación insostenible, que sólo puede llevar a la multiplicacipón de resentimientos en lugar de mitigarlos ("No alarguemos la agonía y matemos Bélgica de una vez, por favor. Si dejamos que se pudra y acumulemos más rencor en nuestros corazones, al final algún irresponsable perderà el control y explotará la violència. No nos encarnicemos y preparemos el futuro serenamente. Sigamos el modelo checoslovaco, el divorcio amistoso rápido e indoloro, no queremos ser Yugoeslavia" dice entre otras muchas cosas... ¡un unionista!). ¿Os imaginais algún unionista español regalandonos palabras semejantes? Yo (y la mayoría de catalanes) con lo único que nos encontramos es que, ante las más detalladas argumentaciones (no hablo de los panfletos sin matices, que los hay) elaboradas por políticos e intelectuales catalanes son despachadas, en el mejor de los casos con las fórmulas automáticas de "el típico discurso victimista" o con insultos tipo "nazionalista" en el peor. Com a nadie le gusta pasar por victimista o nazi (a mi no me hace gracia al menos) muchos catalanes se han amedrentado y se retraían, como el ojo del caracol al ser tocado "No hay nada a hacer, es como hablar con una pared" decíamos. Nos tenían pillado el pulso. Sabían que nos mata el sentido del ridículo. Pero cada vez hay menos ovejitas. No se trata de que ahora nos volvamos unos lobos, pero si de tener una mínima dignidad. Insisto con la frase de Bezsonoff, otro escritor rosellonés: "yo no he dejado Francia, es Francia que me ha dejado a mi". Yo me siento igual en este estado en el que cada día me siento más extranjero. Y cada día somos más.
¿Triste? Seguramente. Y aquí poco importa lo que haya sido Catalunya en el pasado o no haya sido. Ni tan sólo lo que queremos para el futuro, sinó lo que será inevitable si queremos evitar acabar mal.
Mis mejores deseos para todos.
Florenci, que ens has posat molts deures!!! però no et preocupes, jo almenys com a bona alumna els llegiré. I tant que sí.
Gràcies, entrarem en màteria a poc a poc, entre café i café!!!
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