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Entendamos que en la década de los setenta, la televisión no se trataba única y exclusivamente de un divertimento, sino que además, cumplía una función pedagógica y formativa debido a que era un modo eficaz de introducir información en los hogares de todos los españoles; amén de contarnos constantemente las excelencias del régimen y de tratar de manipular nuestras mentes para que no cayésemos en actos de sublevación o rebeldía ante lo que era una estricta dictadura. Actualmente cualquier persona con un mínimo de sentido crítico, capaz de acercarse a buena documentación, puede acceder a cualquier tipo de conocimiento a través de gran cantidad de medios, así pues, la televisión, ha pasado a convertirse en una “válvula de escape”, en ese aparato “antiestrés” que encendemos cuando llegamos a casa después de una jornada de trabajo y en la que la vida, las idas y venidas de una mujer del barrio de San Blas y madre de la hija de un torero, se convierte en el opio del pueblo; puesto que para documentarnos, o volvernos más sabios, ya tenemos internet y las enciclopedias online.
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En la línea de ese tipo de programas que de un modo divertido intentan hacernos tomar interés por temas serios, está el programa que desde el pasado domingo 3 de octubre puedo disfrutar en compañía de mis hijos. Me refiero al programa de Cuatro “Frank de la jungla”. Me río con ese tipo que gasta una considerable mala leche con los dos técnicos que le acompañan en sus aventuras selváticas y que “aparentemente” se la juega en cada programa manipulando cocodrilos o venenosas serpientes como si se tratasen de inofensivas criaturas.
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Se pueden contar por decenas la cantidad de programas documentales en los que un presentador, más o menos carismático, nos hace de guía a los telespectadores a través de sus incursiones por territorios angostos poblados de fauna curiosa, cuando no... peligrosa, pero Frank Cuesta rompe un poco con el estereotipo de aventurero que se nos ha presentado hasta ahora vestido de explorador safari, seudo-Indiana Jhones o similar. El loco de Frank se nos presenta con ropa cómoda, como de estar por casa, con gorra de tenis, calzando unos Crocs de color naranja y con una mochila de Barrio Sésamo en la cual guarda algunos antídotos para el veneno de las serpientes, una linterna y poca cosa más.
Como digo, me río y me divierto, y me encanta contemplar como mis hijos se ríen y se divierten, pero en esta incombustible fórmula televisiva que combina la fragilidad del hombre en constante jaque con la impredecible naturaleza, nosotros, los de mi generación... ya tuvimos a nuestro aventurero particular durante los 70’s. Nuestro Frank de entonces fue Félix Rodríguez de la Fuente y aunque no parecía estar tan loco, ni ser tan divertido, nadie puede negar el valor documental que sus programas tuvieron en aquella época en la que por primera vez supimos de la existencia de animales como el lirón careto, el águila perdicera, o el... abejaruco, entre muchos otros.
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Sé que es viernes y que debería insertar un tema musical en la entrada, pero lamentablemente... no se me ocurre otro que el infumable “Amigo Félix” que en homenaje a su desaparición nos interpretaron hasta el hartazgo el dúo Enrique y Ana. Como les quiero bien y no quiero que sufran más torturas que las justas y necesarias, me abstengo de adjuntarles el tema, así que en su lugar, les dejo con la cabecera que daba paso a los fabulosos documentales de “El hombre y la tierra”.
Feliz weekend.
4 comentarios:
Bonica entrada, kioskero, recordo els episodis de El hombre y la tierra veint-los amb el meu pare que era un superfan, d'aquella època que veiem la tele en família, i la música del principi m'ha fet tararejar.
Quines imatges havia aconseguit el Félix! Fins i tot avui en dia són espectaculars!
A mí la música de esa cabecera me sigue poniendo los pelos de punta. Además de porque me encanta, me retrotrae a aquella época con todo el poder evocador de la nostalgia.
Fíjate Sergi que todavía conservo el periódico que anunciaba la muerte de Felix, que en casa conmocionó a todos (en mi casa y en todo el país, con toda seguridad)y es que fue aquel un programa que seguimos con mucho agrado y el hombre tenía mucho carisma, ¿no crees?
Mi desencanto por la televisión en estos últimos años ha sido tanto que sólo la encienden mis hijos para ver algunos de sus dibujos favoritos. Yo ya no lo hago jamás. Internet la ha sustituido para mí totalmente.
Ni siquiera conozco el programa de Frank Cuesta del que hablas.
Desafortunadamente nadie se libra de alguna visión, aunque sea fugaz, de la reina del televisor, que debe ser la tipa mejor pagada y todo. Hay que joderse! ¿¿Mentiendess?? XD
Un saludo
Hola BLN, hola JuanRa;
No hay duda de que tienes toda la razón, la música de esa cabecera para el programa, creo que es estupenda al margen de los recuerdos de la época que nos pueda traer. Sin duda una creación maestra! ;-)
Y que decir de la conmoción que supuso la desaparición de Félix en nuestras vidas. Recuerdas al Miguel de la Cuadra Salcedo? Creo recordar haber leído por ahí que se barajó la posibilidad de ponerle a él al mando del programa, pero que él mismo desestimó esa posibilidad ya que no podía ocupar el lugar de alguien tan carismático.
Te recomiendo ver algún episodio de Frank Cuesta; nada que ver con nuestro héroe setentero ;-) pero tiene su punto divertido, trasgresor, y es un rato bestia el tío... cuanto menos resulta entretenido. Ya me contarás.
BLN, quins moments! Veure volar al abejaruco… va ser tota una experiencia ;-)
Rodríguez de la Fuente y Kung-fu (David Carradine) fueron los héroes de muchos de nosotros en aquellos años. Incluso me hice socio de ADENA (WWF). En el carné que recibíamos, el símbolo de la asocicación entonces era el lince ibérico (el símbolo del oso panda -WWF- creo que lo adoptaron mucho más tarde).
Los reportajes de Rodríguez de la Fuente nos trasmitían mucha más emoción, suspense y empatía que la mayoriía de pelis de aventuras. Un excel·lente dramaturgo que nos abrió una mirada distinta sobre el mundo animal, del cual somos parte.
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