miércoles, 5 de enero de 2011
Los Reyes son los padres
Fue Claudio Cebrian, y no otro, el cuellicorto cabrón que en una víspera al día de reyes de 1972, me soltó la milonga de que los reyes eran los padres.
Bien podría haberle atropellado un autobús al salir de su casa, o descolgársele sobre la cabeza una pieza de granito de 120 kilos proveniente de alguno de los muchos balcones en mal estado que habían por el barrio, pero no... Claudio Cebrian salió de compras con su madre al igual que hice yo con la mía, y tuve la mala fortuna de encontrármelo en uno de esos entrar y salir de las tiendas del Poble Sec.
Obviamente –yo que desde pequeño tengo una mente muy lógica- no creí una sola palabra de lo que me dijo ese soplapollas. Era absolutamente imposible que mis padres fuesen los reyes, ya que en un piso tan minúsculo como en el que vivíamos... no existía forma humana de camuflar a tres camellos; a duras penas era posible compartir espacio con mi hamster. Y Baltasar? Quién coño era Baltasar según Claudio Cebrian?... Mi abuela? Ja!...
No obstante, Claudio Cebrian ya sembró por siempre más la duda, y desde entonces hasta día de hoy, me sigo cuestionando sí algo de razón o no había en sus palabras.
La cosa es que mi hija de ocho años, ayer mientras cenábamos, comentó que en clase antes de las vacaciones de Navidad, una niña les había contado a un grupo de amigas que los reyes eran los padres. Sinceramente creo que Herodes no terminó su trabajo en el día de “la matanza de los inocentes”, alguien debería reclamar por ello.
Acaso no vemos durante estas fechas a sus Majestades los Reyes Magos en los telediarios? Nos mienten los programas informativos?... Bien es cierto que en las diferentes cadenas de televisión en las que aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar no parecen ser los mismos, pero eso quizá sea porque la cara les cambia debido al cansancio que arrastran con eso de trasladarse en camello desde Oriente; que digo yo... A día de hoy? Por qué no toman un avión? También me mosquea que Baltasar a veces parece un blanco pintado de negro, pero vaya usted a saber... con eso de que son magos... cualquier cosa es posible.
Sea como fuere, lo que está claro es que a pesar de que actualmente vivimos en una sociedad un tanto convulsa motivada por una supuesta crisis que parece no tener fin. A pesar de los sindicatos que nos han hecho creer que vivimos en un “estado del bienestar”, o de los bancos que nos han hecho creer con sus préstamos que éramos clase media, y a pesar de que lo que somos, y en realidad hemos sido siempre, ha sido pobres... esta noche los reyes llegarán a todos los hogares, con más o menos regalos, con mayor o menor ostentación, pero repartiendo alegría a los más pequeños, y espero... que a los mayores también.
Yo me he pedido un montón de cosas, así que... Jódete Claudio Cebrian!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Jajajaja. ¡¡Qué le den a Claudio Cebrián!!
¿Sabes lo que pasa, Sergi? Que algunos son tan incrédulos e infelices que los Reyes los terminan dando de lado y es entonces cuando los padres tienen que sustituirles.
Así de sencillo.
Venga, regalillos a porrillo para mañana! :D
¿Te puedes creer que hemos escrito prácticamente la misma entrada, el mismo día, con la misma temática y el mismo título?
Si esto no es cosa de los reyes, que baje Dios y lo vea XD
¡Que te dejen mucho esta noche! :D
Gracias por esta entrada ya pensaba que era la única persona "adulta" que seguía creyendo en los Reyes Magos, siempre les digo lo mismo a mis niños, los Reyes Magos son Mágicos y yo a mis peques no les miento, je,je,je,
Eso, eso, que se joda, jajaja :-D
Yo sólo sé q los más bellos recuerdos de mi no tan bella infancia están relacionados con los tres Reyes buenos q traían presentes a través de las dunas, en un desierto imposible que yo soñé azul y nevado. No hay luz ni calor que abrigue más que la memoria. Estaré agradecida a ellos (y a mis padres) hasta el último de mis días.
Feliz año, Sergi!
Solo puedo gritar y perdona las mayusculas:
¡HERODES, VUELVE Y TERMINA TU TRABAJO!
Besos
Nela
Me ha gustado el remate de Ana Márquez:"No hay luz ni calor que abrigue más que la memoria". Nunca -o casi nunca- tuve los juguetes que pedía: mucha ilusión , euforia y algo de desilusión se me acumulaban a trompicones estos días. Ya cuando lo empezábamos a saber se transformó en cierta compasión hacia mis padres...
Mis hijos de 12 y 14 años ya "lo saben", pero la ilusión no ha cambiado nada. Nosotros, mi compañera y yo, nos ilusionamos igual que ellos o incluso más, y siempre ponemos por delante los regalos más esperados a llegar a fin de més. Y sobre todo, sin que sospechen nunca de nuestro esfuerzo. Los regalos són regalos donde se multiplica la ilusión de ellos con la nuestra.
Publicar un comentario