La Casita Blanca. |
En su defecto, la pareja en cuestión, se las tenía que ingeniar buscando estrategias de lo más curioso para desatar sus pasiones secretas. Lo típico era el apartamento del amigo progre: barbudo él, de izquierdas, vestido con sueters de cuello de cisne y que se dedicaba a alguna profesión liberal. Por regla general vivía solo, de modo que alguna que otra noche le tocaba pasearse por las calles de la ciudad con su paquete de Ducados en el bolsillo y compartiendo largas conversaciones con el sereno.
Los que no tenían la suerte del amigo progre recurrían a su vehículo utilitario, se acercaban con él al rompeolas barcelonés o a la montaña de Montjuïc y pasaban el rato empañando los cristales del coche con el vaho procedente de sus gemidos de placer; eso sí... jugándose el tipo ante la posibilidad de ser multados por escándalo público.
Como siempre ha sido y será: “Hecha la ley, hecha la trampa”. En Barcelona, y para aquellos que contaban con “posibles”, existían lugares –que presuntamente eran hoteles-, y en los que sus empleados “olvidaban” el trámite de solicitar libros de familia que pudiesen comprometer a aquellos que iban a ser sus huéspedes durante algunas horas o a lo largo de toda una noche. Uno de esos lugares en los que el sexo se dignificaba y no se penalizaba, fue La Casita Blanca.
Publicidad (posiblemente en prensa) de La Casita Blanca. |
Los catalanes y catalanas de aquellos años, así como cualquier ciudadano del mundo residente en la ciudad, o que se encontrase en ella de paso, podía reservar una de las habitaciones del conocidísimo “hotel”, y ya bien sea en compañía de sus queridas o de sus queridos, o personándose con señoritas de compañía agarradas del brazo, soltar sin tabúes y sin riesgos sus más ocultos deseos, ya que La Casita Blanca lo guardaba todo en el más absoluto secreto.
Bar Alegría. Carrer Robadors de Barcelona. Fotografía de Sergi Càmara i Pérez. |
En ese mismo año, 1975, Joan Manuel Serrat dedicó una canción al que fue el meublé más antiguo y famoso de Barcelona y posiblemente de toda España. La canción se titulaba “La Casita Blanca”, tema incluido en su álbum “Para piel de manzana”, grabado por Serrat y editado por Ariola. El título de esta entrada proviene de un fragmento de la letra de ese tema y que les enlazo al final.
Ponerle los cuernos a la parienta durante los partidos era un clásico. Los maridos dejaban a sus esposas en casa con el pretexto de: “me voy a ver el partido” y mientras hacían ver que estaban en el campo de fútbol animando a su equipo, retozaban con sus queridas entre sábanas blancas. No obstante, conocer los resultados de los encuentros era vital, de modo que La Casita Blanca instaló unas pantallas a través de las cuales se podían conocer los resultados finales de los partidos, y de ese modo, cuando los maridos regresaban a casa podían contar que su equipo, en esa tarde noche, había metido tres; y quien sabe... quizá fue ese el verdadero resultado.
La Casita Blanca en 2011. Fotografía de Christian Gómez. |
En el Poble Sec, en mi barrio, existe aún hoy en día un antiguo y también conocido meublé llamado La França, así que para aquellos que necesiten un lugar en el que pasar momentos con sus parejas (o con las parejas de otros), que sepan que en Barcelona, la tradición de crear lugares de regocijo carnal sigue viva y coleando; nunca mejor dicho, y que también está el no menos conocido La Vie en Rose, por citar otro, y que por lo que yo sé de La Casita Blanca (de oídas, eh... de oídas), el personal de todos estos lugares de placer está altamente profesionalizado, las medidas de higiene cuidadísimas al detalle y la discreción asegurada. En La Casita Blanca el acceso podía hacerse a pie o en coche, y para ambos casos los empleados hacían entrar a sus clientes a través de un complicado sistema de laberintos de modo que nunca pudiesen cruzarse con otros ni ser vistos por nadie. Curioso que en un mundo en el que se está tratando de encontrar los apoyos necesarios para armar una guerra... debamos mantenernos ocultos para practicar el sexo. Reflexionemos.
7 comentarios:
maravilloso post querido Tío Akela
Perdón, que este kiosko es el del antifacero!!!, sorry, un saludo, gran post!
No problem, Antonio ;-)
Interesantísimo, Sergi, y tan bien documentado como acostumbras.
Es la primera vez que leo esa nueva forma de escribir Ayuntamiento, Me ha parecido buenísima xDD
Un saludo
Gracias, JuanRa. Honrado como siempre de tenerte por Aquí. Ya ves que yo voy yendo y viniendo, pero en la medida que puedo... no abandono ;-)
Saludos!!!
buen post, pero porque sale por encima de algodiscreto.com ¿?!
Es mentira como cuenta en este escrito el narrador, que en 1969 las “Cortes franquistas” cerraron La Casita Blanca durante 7 años; seguro que quien cuenta la historia no gozaba ni de conocimientos madurez ni criterio para asegurar ese hecho; únicamente solo pretende colar una opinion política donde no viene a cuento de nada. Si hubo algún cierre esporádico por alguna razón, no política, sería por muy poco tiempo.
Publicar un comentario