Me declaro enemigo absoluto de los chicles sin azúcar y con propiedades (que aún no sé de dónde sacan) capaces de limpiarnos los dientes mientras los masticamos. Detesto que hoy en día los anuncios de chicles sean más parecidos a los de pastas dentífricas que a otra cosa, y por encima de todo... odio; ODIO que desapareciese de nuestras vidas el único e inimitable chicle Cosmos.
No dejaba de ser inquietante la idea de meterse en la boca un chicle de color negro, pero su prolongado sabor a regaliz nos transportaba al infinito del infinito. Nadie nos contó nunca de qué estaba hecho ese chicle, cuáles eran sus ingredientes principales ni su cantidad de calorías, azúcares, grasas saturadas, etc. Los jarabes de glucosa y los aromas y colorantes autorizados nos sonaban bien e ignorábamos que eran los E-XXX. Por aquel tiempo los productos no llevaban DNI y era imposible saber poco más que de dónde venían.
El caso de los cosmos era claro; venían de una empresa llamada “Chicles americanos” afincada en Pinto (MadriZ), y tal como llegaron del espacio sideral, un buen día y para desgracia de todos... se fueron. Trágico.
A los adultos de hoy nos han quitado “los chuches”! y tenemos que soportar el ver como nuestros hijos consumen (casi como quien dice) productos de farmacia.
Quiero un Chicle Cosmos, y lo quiero... Ya!
Nota: El señor del video que parece que está tratando de sacar un demonio del interior del cuerpo de ese niño... reconozco que me da cierto miedo. Eso de que se declare tan "amigo de los niños" y de que se lleve tan bien con los curas... además, seguro que nos terminará por dar cualquier cosa, pero no “los chuches”; esos se los quedará para él como irremediablemente hacen todos.
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13 comentarios:
me gsta tu blog :) muy original sisi
El niño que llevas dentro y asoma
continuamente ( y lo digo como un
halago )no puede olvidarse de sus
chuches favoritas...¡ es el sabor de
los MEJORES AÑOS de nuestra vida Sergi !..Además estás " licenciado "
en marcas de golosinas..XD
( que no nos lo estropeen los politicos con sus " rollos " )
Un abrazo amigo !!
Hola Sergi:
¡¡¡Desde luego que me sorprendes continuamente con tus entradas!!!
El cosmos, como montones de cosas de aquellas épocas estaban en mi 'cerebelo'. Ni me acordaba, y has vuelto a traer a mi memoria otra cosita que me encantaba, y mira que los chicles nunca han sido de mi gusto, excepto ¡claro está! el chicle cosmo, ya ni me acuerdo del sabor que tenía, pero si te puedo decir que me encantaba su sabor, cuando ya no le podia sacar más jugo iba a la acera de la calle que era el sitio para tirarlo.
¡Por cierto! ¿De donde has casado la foto? No me dirás que tienes aún un chicle cosmo!!!!
También quería preguntar a tu madelman cuando va a actualizar su blog sobre el viaje de la Ruta 66.
Saludos de Manolo
Joé, que mal rato he pasado leyendo tu entrada. Me han empezado a segregar las glandulas salivares y se me han tensado hasta el infinito los musculos de las mandíbulas. Yo no sé si en alguna ocasión te metiste dos cosmos a la vez. Eso era impresionante, creando, no globos, sino auténticos zeppelines enlutados. ¿No llevaban cromos estos chicles? Unos cromos que olían a chicle y que si los doblabas se deslizaban magníficamente gracias al azucar o a las sustancias que eso llevara. Seguro que algo muy aditivo que a í, desde luego, se me quedó en el cerebro y ahora me hace padecer un mono. Ese chicle tendría hoy éxito entre esa juventud gótica. Yo no quiero un cosmos. Quiero DOS cosmos.
¡Ah! en breve tendrás noticias de los madriles ;-)
B. Gracias y bienvenida a este rinconcito nostálgico ;-)
Abril: El niño que llevo dentro se alegra siempre de verte por aquí ;-)
Por otra parte, no creo que los políticos nos estropeen nada ya que simplemente tienen capacidad para hacer que lo pasemos un poco mejor o un poco peor según el caso, pero por fortuna... cada vez somos más los que no les necesitamos absolutamente para nada.
MT: Desgraciadamente no tengo ningún chicle Cosmos y eso que tengo alguno de casi todos los de la época. Evidentemente son incomibles, pero mantienen en perfecto estado su olor. El Cosmos de la entrada lo descargué de internet y lo retoqué un pelín con el Photoshop; el mismo programa con el que el cabrón ese de Karl Lagerfeld retoca a las modelos hasta convertirlas en anoréxicas y expulsa de las pasarelas a las que muestran una figura curvilínea (alguien debería meterle un acero ardiendo por el culo a ese hijoputa).
En lo referente al blog de la Ruta 66... El caso es que Harry (mi Madelman), está un poco gandúl desde que llegó del viaje. Anda aún haciendo selección de fotografías y poniéndome excusas de por qué no actualiza el blog, pero tranquilo... me ha prometido que lo hará. Habrá que tener algo de paciencia ;-)
Alfon: No recuerdo concretamente que llegase a meterme dos Cosmos en la boca, pero es posible que si. Con "los chuches" llegué a hacer auténticas barbaridades!! y sí, llevaban cromos sobre temas del espacio y eran de ese papel semitransparente, satinado y muy suave, pero los llevaron sólo durante la primera época, posteriormente se limitaron al chicle y al envoltorio.
No sabes lo que me alegra saber que pronto tendré noticias de los madriles. Me temo que este reencuentro va a ser antológico, y las cosas antológicas no se dan cada día en la vida de nadie ;-)
Hola Kioskero: hoy soy yo la que te hace una visita. Yo también estoy salivando a cuenta del recuerdo del saborcillo chiclero... ¿Y el regaliz en barra? Tenía un sabor potente, no venía envasado individualmente y el vendedor lo tocaba sin pinzas. A mí me sentaba fenomenal, era una máquina de ingerir porquerías y aquí me tenéis, todo lustrosa! Hay veces que nos ponemos tan exagerados con la higiene y la salud que nos pasamos. ¿Sabes que hay una teoría médica que dice que los níños que se comen sus propios mocos se inmunizan contra muchas enfermedades? Sé que este detalle puede revolver algún estómago... pero lo mismo es una excelente alternativa o complemento a las vacunas. No hay más que ver cómo están de sanotes los niños que viven en poblados marginales. En fin, que si localizáis algún punto donde se sigan vendiendo las chuches con sus conservantes, colorantes y aditivos cósmicos, no dudéis en comunicármelo. Un saludo.
Pues si yo también consumí el chicle...ningún tiempo pasado fue mejor me temo...aunque jamás consumiré chicles de los corectos esos...
Un abrazo
Hola Iconos. Me encanta el regaliz de barra, además... gracias a él fumo menos ;-) No me extraña nada esa teoría médica al respecto de los niños que se comen los mocos; en definitiva si hacen eso no deja de ser por primitivo instinto animal y es en ese instinto donde se halla el principio de conservación... no en las vacunas para gripes que sólo sirven para que algunos laboratorios se forren´
Compartiremos esas chuches, descuida. Gracias por la visita ;-)
Peregrino mundo: Unos setenta sin Franco y con internet hubiesen sido la hostia! Bien valen una mirada con cierta nostalgia por ese pasado, no obstante... mucho me temo que yo tampoco volvería a ellos. Un saludo ;-)
Me acuerdo perfectamente de eso chicles negros. Uffff q mayor se hace uno.
Saludos:
http://laestanteriademicasa.blogspot.com/
Tenía una adicción curiosa a estos chicles. No estaban buenos, pero eran los únicos de auténtico regaliz. ¡Y además tenían a un astronauta!
para mí estaban buenos
los míos tenían el envoltorio a colores
conservo un envoltorio
también conservo un chicle dunkin sin comer
todavía huele un poco
tengo yo una fuerza de voluntad!
gracias por estos blogs
ay
Me ha encantado tu blog y me ha hecho recordar este chicle que era uno de mis favoritos junto al de canela de Cheiw, dios que sabor tenía más bueno y como picaba la lengua.
Una nacida en el 72 :-) que disfrutó de muchas de las nostálgicas y maravillosas cosas que expones en tu blog. Me hago seguidora ahora mismo.
¡¡ Hola!! vuelvo a tu kiosko y me encuentro con los fantásticos chicles cosmos, tu cajon de chuches me gusta mucho, he pasado por la barbería para visitarte, tal vez seas tu el que está sentado en el sillon, me ha gustado mucho la ilustracion que has escogido pra contarnos la historia. Un abrazo enorme y encantada de volver a visitarte.
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