En este mes de octubre se cumplen los 130 años del nacimiento de Joe Hill; músico y sindicalista norteamericano que fue condenado y ejecutado tras un controvertido juicio en el que se le acusó de asesinato. Sin duda se trató de un tipo molesto en una época en la que se dedicó a organizar a los trabajadores en sindicatos y utilizó la música como modo de lucha y propagación de reivindicaciones políticas y sociales. A partir de Joe Hill nació la canción protesta que en España tuvo su máxima representación durante las décadas de los sesenta y los setenta.
Lo cierto es que el debate sobre si los artistas –de cualquier especialidad- deben o no comprometerse política o socialmente, ha estado abierto desde que el primer cavernícola pintó en su cueva una escena de caza utilizando la sangre de un venado, carbón vegetal y resina como primigenios materiales pictóricos.
Es indudable que el artista comprometido ha sido en muchas ocasiones la voz de una parte del pueblo que ha necesitado verse representado en determinados momentos políticos en los que las libertades han sido tan nulas como excesivas las injusticias. Por otra parte no pocos artistas en su coherencia de asumir su compromiso hasta el final, se las han visto ante sus verdugos y han sido ejecutados por el único delito de alzar la voz expresando un modo de pensar distinto al impuesto.
Pero como es obvio, todo compromiso tiene unas reglas, y de ahí que hay quien opine que un artista no debe comprometerse con nada más que con su arte y sólo en base a él ganarse al público; más que nada porque los tiempos hacen que las personas evolucionen en sus ideologías y en sus planteamientos, y a veces puede parecer que ciertos compromisos políticos no sean más que una forma de oportunismo para sacar a flote carreras artísticas actuando en pro o en contra de determinados regímenes o de ciertas causas que favorecen que el artista en cuestión se haga notar.
A todo esto... el pasado viernes andaba buscando algún tema de Victor Manuel para realizar una entrada musical. El cantautor asturiano me gustó bastante durante una época en la que las cintas de cassette de muchos artistas “comprometidos” llenaban mi Telefunken; a destacar algunos de la Nova Cançó catalana y en especial Joan Manuel Serrat, vecino de mi querido Poble Sec y al que algún día dedicaré una entrada.
Pues bien, la verdad es que Victor Manuel me tuvo con la mosca detrás de la oreja por el hecho de haberse declarado siempre tan comunista y por incurrir en el mundo del cine español como productor; ante lo cual uno piensa: “Bieeen... por fin alguien le quitará caspa al cine español y tras el reinado de Ozores y Frade se dedicará a hacer cine ‘comprometido’que al menos podrá tener un cierto interés”. Y va el tío y se pone a producir una película en la que la protagonista es Isabel Pantoja “Yo soy esa (1990)” y su subsiguiente secuela; es decir... de lo más casposo que ha parido el cine español y de manos de un “comprometido” que demostró serlo con su bolsillo como bien lo certificó en cierta ocasión cuando se le preguntó (con mala leche y mucho infortunio) que por qué no repartía sus beneficios con los pobres. Su respuesta fue tan estúpida como la pregunta, acuñando la frase histórica de: “Soy comunista, no soy gilipollas”; o en otras palabras: repartir los beneficios con los pobres... es de gilipollas.
Lo peor de todo es que ahondando en la vida del artista para dedicarle mi entrada del pasado viernes, me encontré con un documento antológico; un tema que compuso y que grabó en 1964 titulado “Un gran hombre”, dedicado ni más ni menos que...a Francisco Franco y en honor a la celebración de los primeros XXV años de dictadura.
Me quedé a cuadros. Al parecer el artista negó siempre este hecho en su vida hasta que finalmente, en una entrevista a “La Voz de Galicia” en diciembre del 2007, declaró que dicho episodio en su vida fue algo así como un pecado de juventud.
La verdad es que estuve a punto de mandar al pedo la entrada dedicada a Víctor Manuel; es más, en realidad lo hice y en su lugar le di paso otra cosa, pero tras darle vueltas al tema durante un par de días debo reconocer que Víctor Manuel no deja de ser un icono de la época, y de que su abuelo picador no tiene ninguna culpa de que le haya salido un nieto de un rojo más desteñido que el traje del payaso de Micolor.
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7 comentarios:
Pedir coherencia al ser humano es
pedir mucho Sergi, llamasé como se llame.. La historia está escrita
de uno y otro color según soplen los tiempos. Y ¿ quién no ha pasado de
creyente a ateo, de rojo a facha, de
pobre-contestatario a rico-burgués, de ingenuo a malicioso ? Y asi una larga lista.. cambiar, evolucionar o
lo que sea es el camino..
Yo me quedo con la obra del artista
sin dudarlo, un poema, la pintura
la música y espero al menos no
fallarme a mi misma y a los mios.
Un abrazo.
Acabo de envíar al retrete el amor "platónico-visual-romántico", que V.M. siempre me ha inspirado (pero si QUERERTE NO CUESTA NADA, lo tengo envuelto en paños de algodón)...
Sniff!, como diría mi querido Forges.
Eso nos pasa por mitificar a nuestros ídolos, y vestirlos con túnicas sagradas.
Un saludo,
Malena
Pd.: Te acabo de unir a mi link de enlaces, y te invito a visitar mi espacio particular en kamariaaamori.blogspot.com
En la entrevista que enlazas dice que él regala su trabajo en actos solidarios. No he leído mayor desvergüenza en mucho tiempo, esos actos a los que se refiere le sirvieron de promoción y terminaron en un disco en el que él su mujer y un montón de amigos salieron beneficiados. No hay que olvidar que V.M es miembro de la SGAE.
Sacar tajada de esos actos solidarios como hace la familia Bardem es lo suyo y pretender cobrar un canon a los hospitales por tener televisores para los pacientes es la forma que tienen de ser solidarios.
¿con eso pretende convencernos, o quedarse con la conciencia tranquila?
Josema
En primer lugar, quiero pedir perdón por si algunas de las palabras que voy a utilizar, pueden herir la sensibilidad de algún lector.
En todos sitios cuecen habas.
A mi, Victor Manuel, junto a su amada Ana Belen, siempre me han dado la sensacion de ser los "progres-antiprogres". Se les llena la boca de palabras, y a la hora de ponerse manos a la obra, se les ve el plumero que lo suyo es puro negocio.
Hay otros que lo disimulan mejor, y no soy nadie para juzgar a los demas, ya que mis miserias son, con total seguridad mayores que las de los otros, pero aún sin ser nadie, al leer tu entrada, no puedo evitar indignarme con la doble moral de las `personas, y con lo facil que resulta intentar tomar a la gente por gilipollas.
El problema que veo es que, la mayoria de la veces, despues de intentarlo, se consigue.
¿Seremos de verdad gilipollas?
Durante la dictadura tocaba ser franquista, durante la transición comunista y durante la democracia hacerse productor y ser capitalista.
Pues que pena ¿No?
En fin...
Ay, Sergi.... Ya lo dijo alguien: Quien a los viente años no es de izquierdas no tiene corazón, quien lo sigue siendo a los cuarenta no tiene cerebro". Y es que a los veinte años, como nadie tiene un duro, pues todos queremos que los demás repartan lo que tienen. A los cuarenta, cuando, al menos, después de una vida de trabajo, ya tenemos algo ahorrado, eso que tenemos ahorrado es "nuestro" y sólo nuestro. El comunismo es la más bella de las filosofías... Pero sólo es eso filosofía. En la práctica no sirve de mucho porque el ser humano es como es, pelín egoísta. Besos, ma encantao.
(Por cier, yo tenía los casettes de un concierto q dieron en los ochenta Victor y Ana y lo tenía gastao, pero gastao y rallao de oírlo una y otra vez, mu rojeras era yo en aquella época, jaja. Ahora ya...)
Ah, y el que esté libre de pecado...
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