Las tardes de sábado eran realmente especiales porque después de comer, echaban “la película” de la tele, y las mejores tardes de sábado eran aquellas en las que la película... era de piratas.
Errol Flynn o Burt Lancaster con películas como “La hija del corsario verde” o “El temible burlón”. La célebre novela del escocés Robert Louis Stevenson titulada “La isla del tesoro” y llevada al cine en diferentes versiones. “La canción del pirata” de José de Espronceda que nos hacían estudiar en el colegio... todo apuntaba a que los piratas eran grandes aventureros con una reconocida amoralidad y unas dosis importantes de pillería y malas pulgas, pero aventureros al fin.
Todos deseábamos ser piratas y surcar los mares del Caribe a bordo de nuestros galeones cargados de balas de cañón, de barriles de ron y de ratas. Nos fabricábamos nuestras espadas de madera o comprábamos las de plástico que nos vendían en los kioscos, nos anudábamos un pañuelo en la cabeza y provistos de un parche para el ojo y de una bandera pirata, nos lanzábamos a la imaginaria aventura con nuestros amigos y con dos objetivos primordiales: encontrar el tesoro enterrado en una isla, o rescatar a una joven dama inglesa de las garras de un capitán de fragata inglés que se quería casar con ella, a la fuerza. Los piratas eran poco menos que unos pillos muy simpáticos, que aún y a pesar de andar todo el día medio borrachos y de pasar por la quilla a algún que otro europeo no perdían nunca su sentido del humor, sus ganas de juerga y su particular sex appeal.
Algo así debe seguir pensando de los piratas la ministra Carme Chacón cuando ayer, en rueda de prensa y después de que 36 marineros del atunero Alakrana llevan 37 días secuestrados y amenazados de muerte por piratas somalíes, nos decía que los marineros "están bien".
La ministra debe sentirse como la joven dama inglesa deseosa de caer en los brazos de su pirata que aunque sudoroso y algo zafio, despierte su desatada pasión. Al menos eso parecía desprenderse de esas declaraciones al respecto de que ante la humillante situación de secuestro y de amenaza, los pescadores del Alakrana “están bien”. Bien? Por qué?
Quizá porque las fragatas españolas Canarias y Méndez Núñez, así como el avión P-3 Orion andan vigilando la zona y tienen a los piratas bajo los puntos de mira de sus cañones. Quizá porque son muchos (cerca de una docena) los barcos secuestrados en la zona, más los que cayeron en sus manos con anterioridad y los piratas, a día de hoy, aún no han pasado por la quilla a ningún secuestrado. Probablemente porque los piratas, y debido a su fama de bravucones, no hablaron en serio cuando dijeron que iban a matar a tres de los secuestrados españoles y luego a tres más y así hasta el final, a menos que los dos piratas detenidos por las autoridades españolas no fueran puestos en libertad. O quizá simplemente por lo que dijo la ministra, porque los secuestrados... “están bien”. Tan bien como las familias de los mismos que escucharon –vía telefónica- como sus maridos, padres, hijos... les pedían ayuda con la voz ahogada en llanto, mientras que de fondo se escuchaba el sonido de fuego de los Kalashnikov y la explosión de alguna que otra granada. Claro que están bien, están viviendo una cojonuda aventura pirata como la que la ministra soñó con vivir algún día y bajo esa idea que aún conserva de que los piratas son como Burt Lancaster o Errol Flynn.
La Carme me cayó bien desde el principio a pesar de esa mierda de la “discriminación positiva” que no garantiza en absoluto que alguien tenga que valer para el cargo que se le otorga, pero me cayó bien porque formaba parte de esa idea del “talante” que contrastaba con la desmedida y dura actitud de la oposición. Quizá hay veces en las que es necesario dejar de lado el talante y tomar decisiones; decisiones de verdad.
Los que de niños jugábamos a piratas, a estas alturas andamos por los cuarenta y nos hemos dado cuenta de que las pelis, pelis son y de que la realidad supera a la ficción con creces. Espero por el bien de los secuestrados que la ministra haya crecido también y deje de jugar, ya que como decía Serrat: “no hay historia de piratas que tenga un final feliz”. Esperemos que éste, no sea para los 36 pescadores secuestrados, el final de esta historia.
Y como es viernes y toca música... ahí va un tema de piratas de 1981.
Ilustraciónes: Sergi Càmara.
viernes, 6 de noviembre de 2009
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7 comentarios:
La canción del pirata no es de Gustavo, sino de Espronceda.
Saludos.
No me hubiera importado ser una de esas damiselas en apuros en un barco infectado de piratas. Me ha encantado tu dibujo.
Jostias!... Menudo lapsus! Y eso que fue una de las pocas cosas que me estudié en mi época escolar ;-)
Muchísimas gracias por tu corrección. Ya está rectificado.
Un abrazo.
La Chica: Pero... con piratas... sudorosos???? ;-)
Chacón, ministra, que llaman
por su bravura La temida... :P
Pero te diste cuenta de que lo dijo con cara de no llegarle la camisa al cuerpo?
Molaban más los piratas en tiempos en los que no había móviles. Eran más románticos.
Muy buenos los dibujos. El de color es de lo más simpático.
Un abrazo!
" Con diez cañones por banda, viento
en popa a toda vela...Veinte presas hemos hecho...a despecho del inglés..! Sigue siendo
uno de mis poemas favoritos y de los pocos que recuerdo de pe a pa, aunque
la situación de los secuestrados no
está para poemas...¡ ojalá todo acabe
bien ! Y siguiendo con la analogia
que el héroe rescate a la chica (
si es que quiere ser rescatada ) porque hay piratas que...si son como
Johnny Depp..apetece quedarse a
vivir sus " aventuras " XD
¡ A navegar Kioskero !
P.D. ¡ Muy buenos los dibujos y el chiste ! XD
JuanRa, Abril: Molaban los piratas, pero no estos. La verdad es que los piratas con granadas y Kalashnikov dan un poco de cague al lado de aquellos con espada y con el lorito al hombro.
Abrazos.
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